El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, se ha trasladado este miércoles a Laredo para inspeccionar, en compañía del alcalde, Ángel Vega, y de otros miembros de la Corporación local, los daños que el temporal de lluvia, viento y granizo ha ocasionado en este municipio en los últimos días.

Diego ha visitado las zonas más afectadas por las inundaciones y ha conversado con algunos de los propietarios de comercios y locales anegados por el agua en la Avenida de España y en el barrio de San Lorenzo.

Asimismo, ha contemplado las labores de desescombro del edifico derrumbado en la Puebla Vieja, que afortunadamente no provocó daños personales.

El presidente regional ha señalado que el Gobierno de Cantabria está "muy pendiente" de lo acontecido y trabaja coordinadamente con el Ayuntamiento de Laredo para dar apoyo y asesoramiento a los afectados frente las reclamaciones que puedan llevar a cabo ante las compañías aseguradores, informa el Ejecutivo en nota de prensa.

Sin embargo, ha lamentado que el Gobierno no pueda "en estos momentos" autorizar ayudas porque, dada "la precariedad" de las cuentas regionales, "no hay dinero" para ello.

Ignacio Diego ha destacado la "rápida" actuación de los servicios de emergencia del Gobierno de Cantabria y de los recursos del Ayuntamiento de Laredo para hacer frente a una situación que, según ha dicho, es el resultado de la confluencia en el mismo momento de un importante volumen de precipitaciones y de una fuerte pleamar: "Esto hizo que el saneamiento entrara en carga y que no fuera posible desaguar", ha explicado.

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El puntal'

Posteriormente, el presidente cántabro ha acudido a la zona conocida como 'El Puntal', al final de la Playa Salvé, para comprobar el deterioro que está sufriendo este lugar a consecuencia de las excepcionales mareas originadas por el temporal, que han afectado tanto a la explanada de asfalto empleada de aparcamiento como al sistema dunar.

Diego ha adelantado que el Gobierno y el Ayuntamiento van encargar informes técnicos para determinar cuál el problema y sus posibles orígenes.

"Lo que hay que hacer es aplicar el sentido común. Hay que hacer un diagnóstico y, a partir de ahí, darle un tratamiento adecuado para encontrar soluciones", ha apuntado.

Esos mismos técnicos son quienes tendrán que analizar, según ha añadido el presidente cántabro, si la construcción del nuevo puerto de Laredo o los vaciados realizados en las marismas guardan relación con este "fenómeno nuevo", posibilidades que en estos momentos no son más que meras "especulaciones".