200 firmas contra el cambio en el bus 61

Vecinos de Campanar protestan porque la ampliación de la línea les obliga a pagar dos veces para poder llegar a sus casas.
La prolongación de la línea 61 que ha acometido la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y que funciona desde el 25 de septiembre ha propiciado un intenso movimiento vecinal de rechazo en Campanar, hasta se han recogido 200 firmas.

Paqui, una vecina del barrio de 56 años, es una de las promotoras de la movilización. El problema, explica, es que «los vecinos que toda la vida hemos cogido este autobús para venir a Campanar tenemos que pagar ahora dos billetes para bajar en lo que antes era el final de parada. Tampoco ha hecho gracia que la línea pase a llamarse Ayuntamiento-Arnau de Vilanova».

Paqui seguirá recogiendo firmas los próximos días y las llevará a la EMT, pero no es la única que se está movilizando.

El presidente de la asociación de vecinos de Campanar, Eduard Pérez, ya ha solicitado una reunión al concejal de Transportes, Alfonso Novo, para trasladarle el malestar del barrio: «No estamos en contra de la prolongación porque es bueno dar servicio a más gente, pero siempre que no se perjudique a otros. Queremos que lo solucionen como sea, pero que no nos hagan pagar dos veces y que vuelva a llamarse Ayuntamiento-Campanar, como toda la vida».

Pagar por cinco paradas

La línea 61 hacía su última parada, antes de la remodelación, en la calle Aparicio Albiñana. Sin embargo, desde el 25 de septiembre se ha prolongado por Maestro Rodrigo hasta el hospital Arnau de Vilanova, en la calle Marina Baixa, que es ahora el final de parada. Una vez allí, el usuario debe volver a pagar, para llegar a la parada de Aparicio Albiñana, cinco paradas después.

Fuentes de la Concejalía de Transportes justificaron la medida en que «se está dando servicio a un barrio nuevo, aparte de conectar un hospital público con el centro. Además, no tendría sentido retrasar el final de parada porque, si no, el que lo cogiera en el Arnau para volver a Valencia tendría que volver a pagar cinco paradas después», explican.

Aconsejaron «bajar en la primera o segunda parada de Valle de la Ballestera». La 61 tuvo un 37% más de viajeros la primera semana de ampliación (respecto a la anterior).

Tarda demasiado en llegar

Algunos usuarios habituales de la línea 61, como Mireia Sáez, se han quejado de que no se cumplen las frecuencias de paso de este bus. Según la EMT, en horario de invierno y días laborables, el 61 tiene una frecuencia de 10 a 12 minutos, sin embargo, esta joven usuaria asegura que «suele tardar como mínimo 20 minutos». Otros viajeros cuentan que la cercanía respecto al híper de la droga hace que los más mayores se lo piensen a la hora de coger el bus en las últimas paradas de Maestro Rodrigo.

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