Sólo dos diputados habían sido expulsados de un pleno del Parlamento de Galicia hasta este martes en que el parlamentario de Alternativa Galega de Esquerda David Fernández Calviño fue sancionado de esa manera, lo cual le deja fuera de las deliberaciones en el hemiciclo.

Uno de los precedentes ocurrió en los primeros años de andadura de la Cámara autonómica, que se constituyó en el Pazo de Xelmírez en 1981, cuando los diputados del BNG-PSG Bautista Álvarez, Lois Diéguez y Claudio López Garrido fueron privados de todos sus derechos parlamentarios por no acatar y guardar fidelidad ala Constitución y al Estatuto de Galicia.

Era la primera Legislatura y se acaban de aprobar las normas parlamentarias con Antonio Rosón como presidente del hemiciclo. El expulsado fue López Garrido, por insistir en tomar la palabra en un debate pese a que había sido suspendido de esa potestad.

El segundo y último caso en sesión plenaria ocurrió en 2003 bajo la presidencia de la Cámara de José María García Leira. En esa ocasión fue el exdiputado socialista Miguel Cortizo, quien fue sancionado por exponer un cartel de en contra de la guerra de Irak.

Expulsión de lópez garrido

La expulsión de López Garrido vino precedida del debate de la propuesta de resolución por la que se suspendían de los derechos como parlamentarios a los tres diputados que no habían jurado o prometido acatar los marcos legales constitucional y estatutario.

A esta resolución, según el diario de sesiones de ese pleno de noviembre de 1982, se mostraron favorables PSdeG, UCD y Alianza Popular; mientras que se expresaron en contra dos parlamentarios del Grupo Mixto (Anxo Guerreiro y Camilo Nogueira).

La sanción del presidente se produjo cuando, en el transcurso del debate a una enmienda a la totalidad, López Garrido solicitó la palabra, que le fue negada por el presidente de la Cámara. Pese a ello, el parlamentario suspendido de sus derechos insistió en poder intervenir y se dirigió a la tribuna de oradores, ante lo que fue apercibido.

Tras llamarle al orden por segunda vez, le advirtió de que una tercera conllevaría que no podría asistir al resto de la sesión, pese a lo cual no cejó en sus intenciones, ni siquiera cuando Rosón le instó a abandonar la sala.

"Le digo que por mi propia voluntad no me voy a retirar de esta sala", avisó López Garrido, a lo que el presidente le contestó: "Pues yo no lo voy a echar por la fuerza, de eso puede estar tranquilo". Ante la resistencia del diputado sancionado de dejar el hemiciclo, el presidente suspendió la sesión plenaria.

20

Años después

Pasaron más de 20 años para que el hemiciclo gallego volviese a registrar una expulsión de un parlamentario. Antes, Xosé Manuel Beiras ya había protagonizado la histórica imagen del 'zapatazo', pero aquello se resolvió sin que fuese expulsado de la sesión.

Así, en 2003, seis días después de que las tropas estadounidenses llegasen a Iraq cuando gobernaba José María Aznar, el entonces diputado socialista Miguel Cortizo, que también ocupó varios cargos con los Ejecutivos del PSOE en el Estado, desplegó una pancarta en contra de la guerra.

Tras varios intentos de García Leira para que el parlamentario del PSdeG retirase el cartel, Cortizo fue llamado al orden en dos ocasiones y fue advertido de las consecuencias de una tercera vez.

"Usted sabrá cuál es la finalidad última de mi expulsión: evitar que le remuerda la conciencia por esta niña de Basora masacrada", le reprochó Cortizo, a lo que García Leira replicó, tal y como recoge el diario de sesiones de ese día de marzo: "No hay explicación. Hay que aplicar el reglamento, nada más".

"La manifestación de ese cartel no procede. Por lo tanto, le llamo al orden por tercera vez y le ordeno que abandone el salón de sesiones", sentenció el presidente. Ese día, el diputado del Bloque Xesús Veiga Buxán apoyó la acción de Cortizo renunciando a su turno de réplica.

Precedentes en comisiones en comisiones

Aunque desde entonces no fue expulsado de un pleno ningún otro diputado, sí hay casos más recientes de parlamentarios sancionados con la obligatoriedad de dejar una comisión parlamentaria, como cuando PSdeG y BNG tenían mayoría absoluta.

Así, el diputado Ignacio López-Chaves fue expulsado en dos ocasiones en 2008 de la Comisión de Educación y Cultura que presidía el nacionalista Bieito Lobeira y de la que él era secretario por los rifirrafes que mantenían por el idioma gallego y el uso de 'Galiza'.

También fue protagonista de una expulsión en comisión quien este martes presidía el pleno cuando sancionó a David Fernández Calviño. Así, Miguel Santalices tuvo que abandonar la Comisión de Sanidade en 2007, como lo había tenido que hacer una semana antes su compañero Enrique López Veiga, expulsado por el socialista Francisco Cerviño.