Tres platos fuertes y muy distintos en la Berlinale

  • Juliette Binoche brilla con luz propia en Camille Claudel 1915.
  • Soderbergh indaga en la industria farmaceutica en Side Effects.
  • El iraní Panahi esquiva la censura de su país en Parde.
La actriz francesa Juliette Binoche.
La actriz francesa Juliette Binoche.
EFE
La actriz francesa Juliette Binoche.

La Berlinale juntó este martes tres platos fuertes de sabor desigual: el iraní Jafar Panahi burlando la tenaza de Teherán, Juliette Binoche como la cautiva Camille Claudel y Steven Soderbergh con un thriller que indaga en la farmacología criminal.

Parde (Closed Curtain), el filme rodado por Panahi, pese a su inhabilitación profesional por el régimen iraní, aportó el alegato político. Camille Claudel 1915 brindó un sensacional recital de Binoche en estado puro, a las órdenes de Bruno Dumont. Y Soderbergh puso en Side Effects aquello que el espectador común espera cuando entra en un cine a ver un thriller: una trama novedosa, un conjunto de buenos y atractivos actores, como Jude Law, Rooney Mara y Catherine Zeta-Jones, y un desenlace inesperado.

La combinación de tres formas distintas de hacer cine, arropadas con grandes nombres, convierte en compleja la tarea de elegir lo mejor de la jornada, aunque el rostro de Binoche, como Camille Claudel entre locas desdentadas, acabe decantando las preferencias.

Camille Claudel 1915 vuelve sobre la figura interpretada en 1988 por Isabelle Adjani, ahora en un formato casi insufrible para el espectador, al que no se da ni una secuencia de alivio, por mucho que se asista a una genial interpretación de Binoche.

Una artista sepultada en vida entre oligofrénicos o autistas, con la sola visita de su hermano Paul, interpretado por Jean-Luc Vincent, es el eje del filme, en el que Dumont captura el caudal inagotable de recursos de Binoche, en arriesgados primerísimos planos.

Se regresó al cine más asequible con Soderbergh, en un thriller que mezcla farmacología y especulación bursátil, con una depresiva que asesina a su esposo (Rooney Mara), lo que complica a su psiquiatra (Jude Law), quien cándidamente recurre a su antecesora en la terapia (Catherine Zeta-Jones) para salir del lío.

"La industria farmacológica es un muy buen material para los criminólogos", dijo el realizador, acompañado por dos de sus atractivos actores, Law y Mara, ambos tan perfectos en el filme como en la labor de captar flashes en el festival.

Soderbergh confirmó lo que ya se sabía, que piensa tomarse "una larga pausa" tras este thriller en el que se decidió por un tema con "tirón": la complicidad entre dos entes sin escrúpulos, la farmacología y la Bolsa.

Completó la jornada el experimental Parde de Panahi, Oso de Plata en 2006 con Offside y en 2011 miembro del jurado "en ausencia" de la Berlinale por estar bajo arresto domiciliario. Panahi está inhabilitado para rodar filmes, y Pardé, la película que ofreció, semeja teatro filmado, centrado en un creador, Partovi, refugiado en una hermosa casa junto al mar, cuyos ventanales tapa con gruesas cortinas.

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