Ara Malikian y sus 'Divinos' desembarcan en marzo en el Calderón de Valladolid con un montaje sobre canto lírico y ópera

El violinista Ara Malikian y sus 'Divinos' desembarcarán los días 1, 2 y 3 de marzo en el teatro Calderón de Valladolid con su montaje 'Los Divinos', que erige en protagonistas al canto lírico y la ópera.
Los protagonistas de 'Los Divinos'
Los protagonistas de 'Los Divinos'
TEATRO CALDERÓN
Los protagonistas de 'Los Divinos'

El violinista Ara Malikian y sus 'Divinos' desembarcarán los días 1, 2 y 3 de marzo en el teatro Calderón de Valladolid con su montaje 'Los Divinos', que erige en protagonistas al canto lírico y la ópera.

Según informaron a Europa Press fuentes del espacio cultural, Ara Malikian es creador del montaje que, dirigido por Marisol Rozo, reúne también sobre el escenario al tenor José Manuel Zapata, el guitarrista Juan Francisco padilla, la violinista Inma Almendros y el chelista Jorge Fournadjiev.

Se trata de una aventura nueva "llena de humor y virtuosismo" en la que "la fantasía y el juego son los protagonistas" pero que mantiene el objetivo de anteriores proyectos como 'Mis primeras cuatro estaciones' o 'Cuentos del mundo': acercar la música clásica a todos los públicos.

El repertorio operístico y musical reúne, con el fin de que "todos" disfruten, obras de Tchaikovsky, Verdi, Mascagni, Dvorak, Di Capua, Paganini, Albéniz o Saint-Saens, entre otros.

Con un juego "más delirante y cómico", en esta ocasión, 'Los Divinos' narra la historia de cinco músicos clásicos, hermanos, talentosos y peculiares, hijos de una gran diva del canto lírico, que ven cómo su vida cambia a raíz de un incidente al nacer el último de los hermanos, llamado Ludovico.

Así, se ven envueltos en situaciones "disparatadas", a veces sin ningún sentido en el marco de una obra músico-teatral "en la que cabe el surrealismo, los sueños, la locura, las travesuras y sobre todo la genialidad de sus componentes".

Los personajes trasladan a otra época, que a su vez es la actual, lo que demuestra que se hacen repetir los tiempos, y llevan al público "a vivir el mundo del absurdo y del esperpento" en el que reírse de uno mismo "es la llave que abre la puerta de la diversión".

La escenografía y el vestuario son un sueño "de aquellos que Lewis Carroll describió" o un circo "donde las notas hacen malabares, donde los instrumentos musicales juegan a ser más cosas, un espacio donde cabemos todos".

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