Los 69 puestos, que incluyen zapatería, floristería y modista, son los mismos que había antes de la obra. Además, la construcción de un aparcamiento subterráneo ha suavizado un déficit que arrastraba la barriada desde hace años. Eso sí, hay fruteros que se quejan de que no tienen frigoríficos para sus productos. Y cuando llegue el verano...

Francisca Gutiérrez. 53 años, clienta. «Veo muy bien la remodelación. Sólo hay que ver que hay mucha más gente, está más limpio y tenemos más luz. Y no me pierdo porque casi todos los puestos están colocados en los mismos sitios de antes».

Antonio Segado. 51 años, pescadero. «El primer día lo hemos vivido como el niño que va a hacer la primera comunión: nervioso y con zapatos nuevos. Esto es una maravilla. Defectos no se le pueden sacar, sólo tenemos palabras de agradecimiento».

Anastasia Rodríguez. 34 años, clienta.  «Comparada con la ubicación provisional, ésta es mucho mejor. El espacio es más amplio y todo parece mucho más higiénico. No me había fijado en que cada tipo de comercio lleva un color distinto».