Por fin, y tras más de 25 horas de tormentosas reuniones, la UE ha llegado a un acuerdo definitivo sobre el presupuesto para los próximos siete años. Lo ha anunciado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a media tarde de este viernes.  "Valió la pena esperar", dijo Van Rompuy mediante un mensaje en Twitter.

Finalmente, las cuentas ascenderán hasta 2020 en 959.990 millones de euros para los compromisos, 12.000 millones menos que en la anterior propuesta de Van Rompuy y 34.000 millones menos que en las actuales perspectivas financieras 2007-2013. El acuerdo sobre el techo de los pagos es de 908.400 millones de euros, sobre todo para políticas de cohesión y agricultura. Además, se incluye una nueva herramienta para la lucha contra el desempleo juvenil, que contará con 6.000 millones de euros.

Se aplican importantes recortes a infraestructuras (transporte, energía y telecomunicaciones), y en menor medida a competitividad, ciudadanía, exteriores y desarrollo, y administración, al tiempo que se aumentan los recursos para programas educativos como las becas 'Erasmus for all' y los de investigación.

Con este acuerdo, ganan los partidarios de la austeridad dentro de la unión, Reino Unido y Alemania, que reclamaban más ajustes. El gran derrotado es el presidente francés, François Hollande, que quería un presupuesto a favor del crecimiento.

Las primeras reacciones a los acuerdos han sido optimistas. El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Joaquín Almunia, ha recalcado que la aprobación del presupuesto es "muy importante", aunque este sea restrictivo debido a la crisis. Almunia considera asimismo que la "crisis empieza a quedar atrás" en Europa.

El siguiente paso será la negociación con la Eurocámara, que debe ratificar las cuentas. Su presidente, Martin Schulz, ya avisó de que no aprobaría unas cuentas con tan gran desfase entre compromisos y pagos por considerar que provocaría un fuerte déficit.

Por otro lado, las discrepancias han marcado la cumbre de la UE, con Francia, España e Italia rechazando los recortes en las políticas agrícola y de cohesión por un lado; y Reino Unido, Holanda, Alemania, Suecia o Finlandia, contribuyentes netos a los fondos comunitarios, por el otro.

España en principio sale satisfecha de las negociaciones porque considera que se mantendrá como receptor neto de ayudas —recibirá más dinero del que aporte— durante los próximos siete años. Ello mejora incluso las expectativas del Gobierno español, que esperaba convertirse en contribuyente neto durante el periodo 2014-2020. Según Rajoy, España pasará de recibir un 0,15% de nuestro PIB a recibir un 0,20%

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho que se ha alcanzado "un gran acuerdo". "Seguiremos siendo beneficiarios netos durante los próximos siete años", ha afirmado el líder del Ejecutivo en la rueda de prensa que ha tenido lugar tras la reunión. "Es un espaldarazo de Europa a las políticas que España está llevando a cabo", ha reflexionado Rajoy.