El Teatro Central acoge este viernes la versión que Daniel Veronese hace de 'La gaviota' de Anton Chejov

El Teatro Central de Sevilla acoge este viernes y sábado la versión que de 'La gaviota' de Anton Chejov ha realizado el maestro Daniel Veronese, 'Los hijos se han dormido', una adaptación que cuenta con un reparto de primera en el que figuran, entre otros, Malena Alterio, Susi Sánchez o Ginés García Millán. Las funciones tendrán lugar en la Sala A a partir de las 21,00 horas.
Los hijos se han dormido llega al Teatro Central
Los hijos se han dormido llega al Teatro Central
EUROPA PRESS/JEAN PIERRE LEDOS
Los hijos se han dormido llega al Teatro Central

El Teatro Central de Sevilla acoge este viernes y sábado la versión que de 'La gaviota' de Anton Chejov ha realizado el maestro Daniel Veronese, 'Los hijos se han dormido', una adaptación que cuenta con un reparto de primera en el que figuran, entre otros, Malena Alterio, Susi Sánchez o Ginés García Millán. Las funciones tendrán lugar en la Sala A a partir de las 21,00 horas.

Según indica el Teatro en un comunicado, la genialidad de Anton Chejov es lo ha impulsado a Daniel Veronese a releer y montar lo podríamos llamar trilogía "chejoviana". En efecto, primero fue 'Tres hermanas', después 'Tío Vania' y ahora, 'La gaviota'.

Figura central del universo teatral argentino, Veronese ha sido desde sus comienzos hasta ahora alguien preocupado por el buen trato de la palabra y de los actores que se han puesto a su servicio, ya sea para montar sus propios textos o muchos de los más importantes de la dramaturgia universal, aunque en el caso de estos últimos siempre han sido sometidos a un proceso de desnudamiento, marca de la casa.

Así, 'Los hijos se han dormido', reescritura libre de 'La gaviota', es un ejemplo de la habilidad de Veronese para avanzar en plenitud sobre todos aquellos aspectos de una obra que requieren ser cambiados en una puesta actual quedando lo esencial del autor ruso: su mirada sobre la fragilidad de la condición humana, los duros desencuentros entre el deseo y la vida que sacude a sus criaturas, su humor, su melancolía, todo lo que en una versión más clásica nos conmovía también.

La diferencia es que al lado de Chejov aparece también la voz del autor-director, transfiriéndole al texto una impronta propia en la que se incluye esa cercanía que permite verlo desde la perspectiva actual. En esta puesta en escena, la gaviota que se menciona varias veces, que recorre el cielo en libertad y que alguien mata sin ningún motivo, es una nítida metáfora sobre la vulnerabilidad de la condición humana.

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