Un nuevo manual editado por la Junta y la Fundación Oso Pardo trata de "educar y concienciar" sobre la compatibilidad que hay entre la caza y la conservación de este plantígrado en Castilla y León, del que en la actualidad hay más de 200 ejemplares.

El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, ha presentado este viernes el 'Manual de Caza en Zonas Oseras de Castilla y León' junto a responsables de su departamento y la Federación de Caza de la Comunidad, así como al presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero.

El documento, dirigido a garantizar la conservación del oso pardo en zonas de actividad cinegética, se trata de una iniciativa para la educación y sensibilización de la población que se enmarca dentro del proyecto Life + 'Corredores de Comunicación para la Conservación del Oso Pardo Cantábrico' desarrollado por la Fundación Oso Pardo.

Con este manual de buenas prácticas se pretende ayudar a mejorar el conocimiento del oso y de sus indicios de presencia a través de un material, del que se han editado 4.000 ejemplares, que consta de un libro y un DVD que describen medidas de comportamiento y precaución, consejos, recomendaciones y advertencias para cazadores en zonas oseras para evitar interferencias y limitar al máximo las incidencias que puedan producirse.

Una buena parte del área de distribución del oso pardo en Castilla y León coincide con cotos privados de caza y reservas regionales de caza, lo que obliga a extremar las precauciones para evitar accidentes indeseados, molestias o perjuicios a la especie y a trabajar intensamente en la compatibilización de la gestión del oso pardo con el mantenimiento de la actividad cinegética.

Toda esta información que se distribuirá entre cazadores de las reservas y cotos y los Servicios Territoriales de la Junta de Castilla y León se puede consultar también a través de la página web de la Junta www.jcyl.es.

Compatibilidad de humanos y osos

Antonio Silván ha asegurado que las palabras que "definen" este manual son la "educación" y la "concienciación" para conocer y proteger el espacio y el patrimonio natural, así como ayudar a compatibilizar la vida del oso con la actividad humana y la convivencia en los espacios naturales vinculados a la ganadería y la actividad cinegética.

El manual está "muy dirigido" a los cazadores, pero también a los ciudadanos y especialmente a los que viven en estas zonas y los que las visitan, la mayoría de las veces por ocio, y trata de contribuir a que se sepa actuar y responder a la presencia del oso, una especie "emblemática" pero también "de las más amenazadas" de la Cordillera Cantábrica.

Por ello, Silván ha destacado lo "fundamental" que es la colaboración entre las administraciones e instituciones, la Fundación Oso Pardo y la Federación de Caza, que han trabajado conjuntamente en la elaboración de este documento, y ha añadido el atractivo que supone la presencia del plantígrado que contribuye al desarrollo rural.

La edición del manual viene dada también por la situación que se produce en la montaña cantábrica, donde cohabitan jabalíes y osos pardos, animales que se mueven por las mismas zonas y comen lo mismo, incluso compiten por su alimento y pueden perjudicar a otras especies.

En esta línea, ha aclarado que una alta densidad de jabalíes pueden provocar problemas a los ganaderos, que podrían tener la "tentación" de poner lazos ilegales para controlar su población y provocar daños también a los osos.

Así, considera bueno controlar la densidad de población del jabalí, para lo que ve fundamental la caza, una actividad tradicional que se aprecia mucho y tiene un valor social elevado.

Palomero ha destacado la importancia de que la actividad de la caza, sobre todo en el caso de las batidas, se haga lo más compatible con la conservación de los osos, y ha indicado que aunque haya gente a quien no le guste la actividad cinegética, es legítima y beneficiosa.

El "reto", ha señalado, es que los cazadores participen "activamente" en la conservación del oso, para lo que hay acuerdo en general, y se fomenta una actitud positiva al respecto, por lo que en el manual se proporciona información de cómo localizar osos y de los indicios de su presencia y cómo cazar y las medidas de regulación.

De la misma forma, Ha explicado que el documento incide en dos cuestiones importantes como la forma de actuar cuando un oso sale a un puesto de caza, para que no se "alteren" ni el animal ni el cazador, así como tener en cuenta el punto de vista del "jabaloso", denominación que se ha dado para referirse al animal que se encuentra entre la maleza y puede ser bien un jabalí o un plantígrado, fácilmente confundibles.

Para evitar accidentes, se pretende llamar la atención de disparar a "pieza vista" y no "al bulto" por la facilidad de confundir a ambos animales e incluso con una persona, algo que se incluye en el DVD que acompaña al manual y puede servir de test para quien lo consulte.

En este sentido, el responsable de Caza Mayor de la Federación, Javier Prieto, ha calificado de "brillante idea" la edición de este manual, aunque considera que se ha compatibilizado muchos años la actividad cinegética con el oso en el norte de Palencia y León y "salvo alguna excepción que confirma la regla" hay una protección "total" y una colaboración "muy buena", para lo que la Real Federación de Caza tiene suscrito un acuerdo con la Fundación Oso Pardo.

Prieto ha añadido que aunque la mayoría de los cazadores saben lo que se explica en la guía, cree que conviene recordarles estos consejos como no disparar a una pieza sin identificarla, por lo que harán llegar el manual a todos los cazadores que puedan (en la Comunidad hay 131.000 licencias en total).

Más de 200 EJEMPLARES

En España, junto a Italia y Francia, viven las poblaciones europeas de oso pardo más amenazadas. La totalidad del área de distribución de la especie en la Comunidad se extiende a lo largo de 392.433 hectáreas (3.924 kilómetros cuadrados) y en dos núcleos, el oriental y el occidental. Comprende 42 términos municipales y los espacios naturales de Fuentes Carrionas y Fuente Del Cobre-Montaña Palentina, de Picos de Europa, de Sierra de Ancares, el Alto Sil y las Montañas de Babia y Luna.

En 1990 la Junta de Castilla y León puso en marcha el Plan de Recuperación del Oso Pardo cuando apenas se contabilizaban un centenar de ejemplares en toda la zona Cantábrica (50-65 osos en la población occidental y 20-25 en la oriental). A día de hoy, y gracias a las actuaciones de conservación, control y seguimiento, investigación, educación y divulgación se ha conseguido frenar la tendencia regresiva e incrementar la población de Oso pardo.

Se estima una población de al menos 200 (160-180 ejemplares en la población occidental y de unos 30 ejemplares en la población oriental). Además, estos datos corroboran el éxito de las medidas de protección directa en la lucha contra el furtivismo como principal factor de mortalidad no natural; y las labores de conservación y restauración del hábitat con varios proyectos de reforestación.