A los madrileños no les da tiempo a cruzar las calles con el semáforo en verde; la mayoría logra alcanzar la otra acera cuando el muñequito del disco empieza a parpadear y los coches aceleran, lo que provoca carreras y más de un susto en los viandantes.

Los discos de los cruces más frecuentados, que a su vez son los más anchos de la capital, duran de media 18 segundos.

No obstante, su intermitencia hasta cambiar a rojo, se prolonga diez segundos más, según ha podido comprobar 20 minutos.

Un agente de movilidad destinado en Cibeles asegura que la escasa duración de los semáforos "es lo que más enfada a la gente".

Aún así, muchos peatones hacen "caso omiso de los discos y de los agentes pese a que la multa por cruzar indebidamente asciende a 90 euros", aclara.

La velocidad media de una persona al andar es metro y medio por segundo.

Cinco atropellos diarios

El año pasado se produjeron en la capital 1.989 atropellos, lo que supone cinco al día.

Estos accidentes ocasionaron 28 muertos y 1.873 heridos, según Automovilistas Europeos Asociados.

Junio fue el mes en el que más personas terminaron arrolladas, "debido a que el buen tiempo hace que la gente salga más a la calle", aclara Mario Arnaldo, presidente de esta asociación.

En el lado opuesto está agosto, con muy pocos siniestros.

Tres de los cruces en los que más atropellos se producen son los de Paseo del Prado a la altura de Cibeles, de Banco de España al Palacio de las Comunicaciones (Centro), Gran Vía con San Bernardo (Centro) y Serrano con Goya (Salamanca).

Los que peor lo pasan son los ancianos, como Mercedes Egibar, una jubilada que usa bastón y asegura que en Ortega y Gasset (Salamanca) tiene que correr "con lo que me duele la rodilla".

Además, los discapacitados y los padres con carritos de niño también tienen dificultades para cruzar.