El menor que mató de 7 puñaladas a un joven en la calle Trópico acepta ocho años de internamiento

El menor de edad acusado de asesinar de siete puñaladas y seccionar la yugular a un joven el pasado día 16 de agosto en la calle Trópico de la capital hispalense ha aceptado ocho años de internamiento en un centro cerrado, seguidos de cinco años de libertad vigilada, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

El menor de edad acusado de asesinar de siete puñaladas y seccionar la yugular a un joven el pasado día 16 de agosto en la calle Trópico de la capital hispalense ha aceptado ocho años de internamiento en un centro cerrado, seguidos de cinco años de libertad vigilada, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

En este sentido, las mismas fuentes han indicado que el juicio ha tenido lugar en la mañana de este jueves en el Juzgado de Menores número 2 de Sevilla, y en el mismo el menor de edad se ha mostrado conforme con los hechos y las peticiones de pena realizadas por la Fiscalía y la acusación particular ejercida por la madre de la víctima.

Así, el acusado, que en el momento de los hechos tenía 17 años, ha aceptado ocho años de internamiento seguidos de cinco años de libertad vigilada, periodo temporal éste en el que no podrá aproximarse a menos de 50 kilómetros de los familiares del joven, de 22 años de edad e identificado como F.J.M.A..

Además, el menor tendrá que indemnizar a la novia de la víctima con 363 euros por los daños causados en su vehículo y a los padres biológicos del fallecido con 180.000 euros.

En su escrito de alegaciones, al que ha tenido acceso Europa Press, el abogado que ejerce la acusación particular en nombre de la madre de la víctima relata que los hechos tuvieron lugar sobre las 12,30 horas del día 16 de agosto de 2012, cuando el menor llegó en su ciclomotor al domicilio de un amigo que se encontraba en compañía de otros jóvenes.

El abogado de la madre, Simón Fernández Rebollo, dice que, "instantes después, y estando todos en la puerta, en la que mantenían una conversación", llegó al lugar el fallecido en un vehículo propiedad de su novia, con el que estacionó tras la motocicleta del acusado, "que entendió que le había rozado" la misma.

Agresión previa con una katana

Con motivo del supuesto roce, el acusado "inició una agria discusión" y exigió al fallecido que redactara un parte amistoso, cuestión a la que este se negó, tras lo que el imputado, "sin mediar palabra", abandonó el lugar, momento en el que los amigos de la víctima "advirtieron" a ésta de que "tuviese cuidado, ya que meses antes y con motivo de una nimia discusión, el acusado había agredido al fallecido con una katana".

Seguidamente, el menor se dirigió a su domicilio, donde "cogió una barra de hierro o 'regla de albañilería'" de unos 90 centímetros de largo y un cuchillo de monte, tipo machete de caza, de 31,5 centímetros de longitud total y hoja de 19,8 centímetros, cuchillo que "escondió en la parte trasera de su pantalón para evitar que se viera".

Tras llegar de nuevo a la calle Trópico, donde continuaban el fallecido y sus amigos, el acusado, "sin mediar palabra, comenzó a golpear el vehículo propiedad de la novia" de la víctima, al tiempo "que se dirigía a este increpándole" y diciéndole "¿qué, ahora me vas a dar el seguro?".

"indefensión" de la víctima

Ante la actitud del acusado, el fallecido se dirigió a este con un pequeño martillo que había cogido previamente, enzarzándose con él en una disputa durante la cual el acusado le agredió con la barra en cabeza y piernas hasta que, en un momento dado, "aprovechó" para, "de forma inesperada y por sorpresa al estar situado a la espalda" del finado, sacar el cuchillo que portaba en su espalda y asestar a éste al menos siete puñaladas.

La víctima recibió dos de las puñaladas en el tórax, momento en el que el imputado, "aprovechando el efecto de las anteriores, el gesto de protección de Francisco y su situación de indefensión", lanzó otra puñalada "deliberadamente" a la zona izquierda del cuello, "penetrando la totalidad de la hoja y seccionando la carótida interna y la yugular con perforación del esófago y la hipofaringe".

A consecuencia de las heridas, la víctima sufrió una "gran" hemorragia externa que le provocó un shock hipovolémico que determinó su fallecimiento a los pocos minutos, dice el letrado, que añade que, "tras la agresión y sin preocuparse del estado" del joven, el acusado abandonó el lugar "con tranquilidad, llevándose consigo el cuchillo que posteriormente escondió en el armario de su habitación".

"ese ya no se levanta más"

A las puertas de su domicilio se encontró con una vecina que, "alarmada por las manchas de sangre que presentaba, le preguntó por lo ocurrido, manifestándole éste haber tenido una pelea y diciendo en relación" con la víctima "ese ya no se levanta más".

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