Hay eliminatoria. Las semifinales de la Copa del Rey, un clásico entre el Madrid y el Barça en la ida, se tendrán que resolver en el Camp Nou después de que el Barça no supiera sentenciar en la segunda parte un encuentro que equilibró el defensa francés Varane.

La primera gran duda se resolvió cuando se supo la alineación del Madrid: Mou eligió a Diego López en la portería, por delante de Adán, quien, hace no mucho, relegó a la suplencia al ahora lesionado Casillas porque "estaba mejor", según dijo el técnico portugués.

Sin cumplirse el primer minuto, el conjunto merengue mostró sus intenciones ahogando el centro del campo culé  y provocando una perdida de balón que terminó con falta de Piqué a Cristiano. Su disparo potente y con efecto, aunque muy centrado, lo repelió con buenos reflejos Pinto. Los primeros diez minutos se tiñeron de blanco, con dos tiros a puerta y dos córners.

Poco a poco, los azulgrana fueron templando los ánimos. Su primera aproximación fue una contra llevada por Messi, continuada por un pase picado de Iniesta hacia Jordi Alba quien, delante de Diego López, remató muy desviado. A los 20 minutos, estuvieron todavía más cerca del gol en un lanzamiento de falta directo de Xavi que se estrelló en el larguero. La siguiente llegó gracias a un regalo de Carvalho. El portugués cedió el esférico sin fuerza a Diego López y llegó antes Cesc. Su pase hacia atrás y posterior remate de Xavi no entró gracias a la aparición de Varane sobre la línea.

Sin embargo, el Madrid, que cedió terreno, no renunció a robar el balón y crear peligro. Así llegó un pase de Callejón a Benzemá, rematado sobre el lateral de la red de Pinto. Los blancos disfrutaron de otra ocasión, un pase de la muerte, salvado entre la espalda y la mano, de forma involuntaria, por Alves antes de rematar Benzema.

La primera parte vivió hasta su momento de tensión cuando el lateral brasileño se revolvió tras un cariñoso recado de Xabi Alonso a destiempo. Arbeloa y Busquets pusieron paz. Después de 45 minutos, parecía mentira que el marcador no se hubiera movido.

En la reanudación, nada más robar el balón el Madrid al Barça en la primera jugada, Benzema se encontró solo delante de Pinto, pero su disparo se perdió con destino las nubes. La respuesta barcelonista fue contundente: gol de Cesc, al aprovechar un regalo, en forma de despeje de Callejón, tocado por Messi hacia Fábregas, que no perdonó ante Diego López. El Madrid intentó dar la réplica con un centro lateral de Essien, al que no llegó Cristiano por poco. Mourinho trató de dotar de más agresividad a su ataque con el cambio de Higuaín por Benzema. No lo consiguió por esa vía.

El partido era del Barça. Lo tenía para sentenciar, aunque parecía no querer, con el Madrid exhausto tras el esfuerzo de la primera parte. Primero, Cesc enganchó, en el área chica, un pase de Alves que se marchó por encima del larguero. Después, Pedro se plantó, casi desde el centro del campo, ante Diego López, pero su toquecito picado se perdió rozando el poste.

Tanto perdonaron los culés que se encontraron con una de las esencias del Madrid: no rendirse nunca. Y Varane, el mejor y más rápido de los defensas locales, cabeceó a las redes un centro desde la derecha de Özil. A tres minutos para el final, Jordi Alba buscó la espalda de la defensa madridista, aunque su disparo se encontró con la mano salvadora de Diego López.

Como síntoma del encuentro, basta decir que el mejor del Barça fue Pîqué y el del Madrid, Varane. La vuelta, y la resolución de esta eliminatoria, el 27 de febrero.

1 - Real Madrid: Diego López; Essien, Varane, Carvalho, Arbeloa; Khedira, Xabi Alonso; Özil, Callejón (Modric, m.58), Cristiano Ronaldo; y Benzema (Higuaín, m.63).

1 - Barcelona: Pinto, Dani Alves, Piqué, Puyol, Jordi Alba, Busquets, Xavi, Cesc (Thiago, m.85), Pedro (Alexis, m.76), Iniesta y Messi

Goles: 0-1, m.50: Cesc. 1-1, m.81: Varane.

Árbitro: Clos Gómez (comité aragonés). Amonestó a Carvalho (16), Callejón (41) y Xabi Alonso (89) por el Real Madrid, y a Piqué (1), Alves (72) y Puyol (81) por el Barcelona.

Incidencias: encuentro de ida de las semifinales de Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, con 83.000 espectadores en las gradas.