El déficit crónico de pediatras en Madrid pasa factura: faltan, al menos, 118 profesionales

  • La Sociedad Madrileña de Pediatría denuncia la no reposición de estos profesionales, sobre todo en los nuevos desarrollos urbanísticos.
  • En los hospitales escasean también los radiólogos y los anestesistas.
Un pediatra hace una revisión médica a un niño.
Un pediatra hace una revisión médica a un niño.
GTRES
Un pediatra hace una revisión médica a un niño.

La sanidad madrileña se enfrenta este año a la mayor crisis de su historia con la anunciada privatización de seis hospitales públicos y 27 centros de salud. Pero mientras esta se hace efectiva, el Servicio Madrileño de Salud (Sermas) arrastra carencias crónicas que, lejos de solucionarse, están enquistadas y van a más, como ocurre con la falta de pediatras en los centros de salud y de radiólogos o anestesistas en los hospitales de toda la región.

La Sociedad Madrileña de Pediatría de Atención Primaria estima que, a día de hoy, faltan 118 de estos profesionales que tendrían que incorporarse de forma urgente en los ambulatorios, donde actualmente trabajan algo menos de 900 pediatras.

Según explican desde diferentes sociedades médicas, la situación es especialmente "delicada" en los nuevos desarrollos urbanísticos como el PAU de Carabanchel, donde se ha proyectado un nuevo centro de salud con 2.000 niños asignados por profesional —cuando lo óptimo son 1.000—. También hay carencias en el PAU de Vallecas o zonas como Sanchinarro y las Tablas. Igual que ocurre en algunos ambulatorios del distrito Centro —donde se concentra la población pediátrica inmigrante— o en municipios de la sierra norte —sobre todo en verano con el aumento de la población vacacional—.

"Se trata de una población lactante, con edades por debajo de los dos años, que exigen más tiempo para consultas y revisiones. En vez de contratar más pediatras, reparten a los que ya hay entre los centros antiguos y los nuevos", dicen.

De hecho, al C. S. PAU de Carabanchel irán a parar pediatras que ahora atienden en el ambulatorio de la Guayaba, donde de los cuatro actuales se quedarán en dos. Y eso en el caso de que este centro no sea uno de los que pase a manos privadas, en cuyo caso la contratación del personal quedará fuera del control del Sermas.

Además de los pediatras de Atención Primaria, los hospitales madrileños no van sobrados de radiólogos ni de anestesistas, según los datos que manejan en la Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts). Ya en su último informe cifraba en un millar el número de médicos de diferentes especialidades que tendrían que incorporarse al Servicio Madrileño de Salud.

Es más, el estudio alertaba también sobre el envejecimiento de especialidades como la Neurocirugía, la Cirugía Cardiovascular y la Plástica.

3.000 médicos en el aire

La falta de facultativos ha sido una constante en la sanidad madrileña que ahora, con el proceso de privatización, podría empeorar. En este sentido —tal y como precisan desde Amyts—, la situación actual es de "transición" a la espera de conocer el destino de los 3.000 médicos eventuales que podrían verse afectados por la privatización.

De hecho, los contratos de todos ellos expiraron el pasado 31 de diciembre y, aunque la Consejería de Sanidad apuntó entonces que se había renovado "a la mayoría", desde Amyts matizan que algunos de ellos ya han visto reducido su contrato a tan solo cuatro horas y en jornada de tarde. Es más, las renovaciones han sido por periodos de entre tres y seis meses —finalizan en marzo y junio—, coincidiendo con el arranque de la "externalización" de la gestión, como la llama la Comunidad.

Un proceso contra el que siguen protestando los profesionales y que durante las cinco semanas de huelga obligó a suspender 40.000 consultas y 6.000 operaciones.

"Me voy de urgencias al Niño Jesús"

La mamá de Rocío (4 años) está acostumbrada a sufrir el déficit crónico de pediatras. "A mí me toca el de los Cármenes (Carabanchel) y lo normal es que tarden 48 horas en darme la cita para la niña. Con un adulto no te importa esperar, pero con los niños sí, porque te preocupas más".

Por eso, Conchi Ródenas (31 años) se conoce todas las triquiñuelas. "Como es imposible que te den cita para el día, voy a la consulta sin ella. La verdad es que la pediatra siempre atiende a la niña, pero tengo que esperar hasta el final porque solo está ella de tarde para ver a todos los niños del barrio". Además, "no tenemos pediatra de guardia, por lo que me voy de Urgencias al Niño Jesús cuando veo que la cosa puede complicarse. En realidad, el hospital que nos corresponde es el Gómez Ulla, pero en ese centro el área de Pediatría no está acondicionada para tratar a los niños", cuenta.

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