En la historia de los videojuegos ha habido pocos lanzamientos tan accidentados como el de la PlayStation 3 de Sony.

Los continuos retrasos en el lanzamiento han provocado que la consola lleve una importante demora con respecto a sus competidores en el mercado de las consolas de nueva generación.

Por ejemplo, Xbox 360 lleva ya un año a la venta y la Wii de Nintendo verá la luz en Europa tres meses antes que la consola de Sony si se cumplen las previsiones.

Sony se juega mucho con el lanzamiento de esta consola.

Que la PlayStation 3 se convierta en líder indiscutible como lo fue su predecesora sería importante no sólo por la importancia de las ventas en sí, sino por lo que supondría el avance del Blu-ray en cuanto a número de usuarios que lo poseen y, por tanto, de cara a una posible venta de películas.

No hay que olvidar que el otro estándar que compite por ser el sucesor del actual DVD, el HD DVD, es el formato apoyado por Xbox 360, que lanza el lector como un accesorio que se vende de forma independiente.

Aunque Sony ya anunció que reducía el precio de la PlayStation 3 en Japón, aún así sigue siendo la consola más cara.

La PS3 tendrá una versión básica en Japón que costará al cambio algo más de 300 euros, pero pese a la reducción sigue siendo el doble de lo que costará la Wii de Nintendo y más de un 20% de lo que cuesta la Xbox 360.

En este lanzamiento nipón, Sony sólo ha puesto a la venta 100.000 unidades, una cifra que los analistas consideran demasiado pequeña.

Según la compañía, el elevado precio de la consola está directamente relacionado con su alto coste de su producción y con la inclusión del reproductor Blue-ray.

Este lanzamiento supone un momento decisivo no sólo para la consola de Sony, también para la propia compañía por lo que supone para ella la división de videojuegos.

Como indicaba el presidente de Sony, Howard Stringer, hace unos meses "su superioridad se demostrará una vez se inicien las ventas".