El resto de denuncias se las reparten locales de copas, cafeterías y algunas empresas como, por ejemplo, supermercados que, en las labores de reponer mercancía durante la noche, interrumpen el sueño de los que viven en las cercanías.

Parece, pues, que a los vigueses les molesta más el ruido que provocan sus vecinos que el producido por los bares, o al menos que se deciden antes a denunciar la contaminación acústica de los primeros.

En 2005, el departamento administrativo de la Policía Local realizó un total de 134 mediciones sonométricas, de las que 116 dieron resultado positivo. El periodo con mayores incidencias abarca desde diciembre a marzo, alcanzando el punto álgido en febrero, con 21.

Estas cifras vienen a corroborar los datos extraídos de las mediciones de referencia que el Valedor Cidadán ha realizado este año en la ciudad, y que cobrarán forma en un mapa de ruidos que estará disponible antes de final de año. Y es que el mayor incremento de los niveles sonoros ambientales se produce en los meses de invierno.

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Afectados

Vecinos de pza. de Portugal.

«Tenemos derecho al descanso»

Cansados y hartos. Así se muestran los vecinos de la plaza de Portugal, unos de los más saturados por el ruido puesto que viven junto a uno de los emplazamientos más problemáticos acústicamente como es la calle Rogelio Abalde. «El derecho al descanso es superior al derecho al ocio. Al menos, debería serlo», aseguran desde la zona. «Desde el Concello no hay suficiente control sobre esto. Ahora, como la plaza está en obras, el fenómeno botellón ha disminuido, pero la gente sigue quedándose en la calle hasta altas horas y la música sigue molestando».

Ocio nocturno. Gente en la calle

El mundo del ocio nocturno genera acumulación de gente en la calle. Esto es lo que más ruido provoca, salvo en las viviendas colindantes, en las que la música de los bares de copas sí que influye.

Comparativa. Incumplimiento

Los mayores incrementos de decibelios se producen en las viviendas situadas en los primeros pisos. Si éste fuera provocado por cualquier otro foco contemplado en la ordenanza municipal, la estaría incumpliendo.

Otros casos. También saturadas

La lista negra es larga. Rosalía de Castro, Areal, Inés Pérez Ceta, República Argentina, Colón, Urzáiz o Lepanto, entre otras, completan el mapa de ruidos y están consideradas zonas saturadas.

Ley municipal. Muy poco eficaz

Según la ordenanza municipal del Concello de Vigo, ningún foco sonoro puede producir un valor de recepción de ruido superior a 30 decibelios en dormitorios de viviendas durante el horario nocturno.

En Montero Ríos están por encima del límite

El nivel sonoro antes y después de la apertura de los locales nocturnos pasa, enmenos de una hora, de 59,9 decibelios a 75.

Los mayores incrementos absolutos se producen en la madrugada del sábado. Las zonas negras son Montero Ríos y Rogelio Abalde.

En el primer emplazamiento, las mediciones de referencia han demostrado que los vecinos de la zona soportan, tras la apertura de los locales nocturnos, niveles de ruido que están considerados como situación «extremadamente saturada», equiparable acústicamente a una vía de tráfico rodado con un tránsito de vehículos diurno de alta densidad.

En Rogelio Abalde, los niveles oscilan de 59,3, considerados relativamente carentes de contaminación por ruido, a 73,7, situación, de nuevo, de saturación extrema. En esa zona, la plaza de Portugal sufre una de las mayores variaciones pasando de 61,8 a las 22.00 h a 77, 8 a las 4.00 h.