La Junta ficha 1.870 casas ilegales, pero no las tirará

En Castilla y León hay 8.160 localizadas, algunas en espacios naturales. La Guardia Civil ha denunciado este año 69 chalés que se hacían sin permiso.
Urbanización ilegal de Traspinedo, vista desde un satélite.
Urbanización ilegal de Traspinedo, vista desde un satélite.
Urbanización ilegal de Traspinedo, vista desde un satélite.
El señor Pérez compró una huerta y se levantó una casita a la que huir los fines de semana y en verano, sin pedir permiso y sin que nadie le dijera nada. García hizo lo propio al lado, luego llegó Ramírez, más tarde González... Así hasta 1.870 vallisoletanos, que son tantos como las viviendas ilegales fichadas por la Junta en la provincia; 8.160 en Castilla y León.
El problema ha tomado tal magnitud que ahora la Consejería de Fomento ha tenido que redactar un plan especial sobre urbanizaciones ilegales, para tratar de darles alguna solución.

Por la cabeza del Ejecutivo regional no pasa tirar ninguna de estas viviendas, sino legalizarlas de alguna manera. En los casos más graves, por encontrarse en espacios naturales, el planteamiento consiste en dejarlas morir, es decir, impedir obras de reforma ni permitir su venta para que queden deshabitadas.

La idea es aceptar las que hay y evitar que se hagan más. No obstante, se siguen levantando casas sin permiso. Eso sí, la Guardia Civil está más vigilante. Sólo este año el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) ha denunciado 69 casos en Valladolid y 45 más en 2005.

Traspinedo: 550 chalés legales y 395 ilegales

Dos urbanizaciones ya han empezado a legalizarse para tener agua, saneamiento y luz Ô Para conocer el origen de los chalés ilegales de Traspinedo hay que remontarse 40 años atrás, pero aún hoy la gente sigue intentando levantar el suyo.

«Desde 2004, cuando aprobamos las normas urbanísticas, les ponemos todas las trabas que podemos, porque así no se puede seguir», explicó el alcalde, Jesús Bazán. Entre otras cosas, impedir que enganchen la luz.

Según el INE, el municipio tiene 550 viviendas, y en opinión de la Junta, hay otras 395 ilegales. «Yo creo que más», opina el alcalde.

Ahora se encuentra con  que hay gente que vende esas casas de recreo a otros para su vivienda habitual. «No tienen ni  luz ni agua, pero son más baratos y los compran», explica Bazán.

Algunos ya han empezado a legalizarlos, con la urbanización del entorno. A cada vecino le puede costar unos 21.000 euros.

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