La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia absuelve a un hombre de un delito de robo del que venía siendo acusado ante las dudas de la testigo principal.

Según se desprende de una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, el Juzgado de lo Penal número 2 de Murcia consideró como hechos probados que el acusado, y al parecer puesto de común acuerdo y en unión de otros tres individuos accedió al interior de una vivienda de Caravaca de la Cruz, tras forzar su cerradura, donde revolvió cajones y armarios, esparciendo su contenido por el suelo y camas, apoderándose de un ordenador portátil, una cadena de oro y unos pendientes, tasados pericialmente en 450 euros, 50 euros y 350 euros, respectivamente, y cuyo valor, en total 850 euros, reclama su propietario.

Al parecer, acto seguido, el acusado entró en otra vivienda de la que se apropió una cámara de vídeo, una cámara de fotos, una Nintendo DS, tres anillos de oro, dos cadenas de colgantes de oro y unas gafas de sol, cuyos respectivos valores fueron cifrados pericialmente en la cantidad de 1.930 euros, causando daños en la puerta que ascienden a la cantidad de 900 euros.

Por lo que el Juzgado de lo Penal condenaba al acusado a la pena de cinco años de prisión, accesoria legal de inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante la condena, y abono de las costas causadas por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas en casa habitada.

Asimismo, se le condenaba a indemnizar al primer propietario con 850 euros por los objetos sustraídos y no recuperados, así como a una aseguradora en la cantidad de 2.830 euros, de los que 900 corresponden a la reparación de la puerta y 1.930 euros a los objetos sustraídos, tampoco recuperados.

Contra la anterior sentencia, la representación del acusado interpuso recurso de apelación. A lo que la Sala señala que la resolución apelada llega al convencimiento de que el apelante fue el autor de los robos por los que viene acusado atendiendo fundamentalmente a la declaración testifical de una mujer, testigo presencial.

La realidad, concluye la Audiencia es que la testigo principal cuando ha estado en contacto directo y personal con el acusado, "ha manifestado serías dudas de que fuera él". Por lo que decide su absolución.