«Nos ha impactado el trabajo infantil»

Cooperantes vallisoletanas regresan de Guatemala y relatan sus experiencias en un proyecto de apadrinamiento educativo.
Fátima, en la escuela, con algunos de los niños apadrinados.
Fátima, en la escuela, con algunos de los niños apadrinados.
Fátima, en la escuela, con algunos de los niños apadrinados.
Acaban de deshacer las maletas y su ropa trae polvo de los caminos de Sololá, en Guatemala. Cinco cooperantes, cuatro de Valladolid y una de Burgos, regresan de pasar un mes colaborando  en un proyecto educativo de la Fundación Cauce.«Las condiciones en las que viven son tremendas», asegura una de ellas, Fátima Mongil, enfermera de 26 años que ha estado allí por segundo año consecutivo. «La primera vez no sabes lo que te vas a encontrar y lo haces por salir un poco de la rutina; el segundo año ya sabes a lo que vas» y, en su caso, asegura que le invadió una tremenda sensación de utilidad, «aquí eres ireemplazable, allí hay cosas que o las haces tú o no las hace nadie».

15 euros tienen la culpa

Es una zona en la que sólo el 35% de los niños cursan secundaria y apenas un 1% acaba estudios universitarios. El 40% de la población vive con menos de un euro al día, mientras que 15 euros al mes (los que cuestan el apadrinamiento de un niño) tienen la culpa de que no se cambien mentalidades. «Allí no es rentable estudiar y la mayoría lo deja; nos ha impactado el trabajo infantil, niños cargando leña», dice Mongil.

Con la ayuda del proyecto de apadrinamiento que iniciaron hace dos años, ya hay 30 niños que pueden ir al colegio y sobre los que hacen un seguimiento a nivel escolar, sanitario e incluso familiar. «Nosotras grabamos imágenes y fotos de los niños y traemos mensajes para los padrinos, para que vean que su dinero llega y en qué se invierte», comenta Fátima. Para los interesados, www.fundacioncauce.org.

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