La DGA estudia tratamientos de ozono, cloro o radiación ultravioleta a la entrada del Canal Imperial. Los ecologistas no lo ven claro porque supondría acabar con toda la vida acuática, aunque se pretendería regenerar el agua antes de llegar a la zona de la margaritífera. «Es preferible investigar más y no tomar medidas tan drásticas ya», dijo Jesús Maestro, presidente de Ansar.
La DGA instalará también testigos de detección temprana a la altura de Gallur y Grisén, donde se ha confirmado la presencia de 12 mejillones cebra adultos. Además, se trabaja para contar con un centro de rescate de margaritífera en un lugar con aguas limpias, que podría estar en Luceni, pero los ecologistas advierten de que no hay garantías para la reproducción en cautividad.
El Canal Imperial alberga 2.550 ejemplares de estas almejas, el 90% de la población mundial de margaritífera auricularia.
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