El Gobierno andaluz refuerza la protección del Conjunto Histórico de Antequera

Aprobada una nueva delimitación de 103,34 hectáreas, que abarca desde la antigua ciudad medieval hasta los ensanches del siglo XIX

El Consejo de Gobierno ha acordado este martes reforzar el régimen de protección del Conjunto Histórico de Antequera (Málaga), declarado en 1973, con una nueva delimitación que incluye áreas más allá de la antigua población medieval intramuros y de las expansiones renacentistas y barrocas. Esta superficie protegida, de 103,34 hectáreas, se ajusta al espacio urbano que reúne los principales valores históricos, monumentales, artísticos y paisajísticos de la población, desde los primeros asentamientos a los sucesivos ensanches que se producen hasta el siglo XIX.

La ciudad de Antequera tiene su origen en la vertiente sur del Cerro del Castillo, donde se han encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce y que posteriormente albergó un poblado ibérico con ocupación prolongada hasta la época romana. El enclave, de gran importancia en el trazado de la Vía Augusta, se extendió por la ladera norte del cerro hacia la parte llana de la ciudad actual.

La ocupación musulmana, entre los años 713 y 1410, aprovechó básicamente las ruinas de las fortificaciones romanas para configurar, en torno al Castillo, un entramado de calles estrechas y tortuosas de reminiscencias islámicas. Entre ellas destaca el Callejón de la Estrella, típico de una medina. Tras la conquista cristiana Antequera obtuvo la consideración 'villa', hecho que facilitó su crecimiento demográfico y el mantenimiento del enclave frente a las fronteras activas del Reino de Granada.

Como consecuencia del aumento de la población, a partir del último tercio del siglo XV la ciudad inicia su expansión fuera de las murallas. Se trazan nuevos barrios de calles espaciosas decoradas en muchas de sus esquinas con capillas, como la de la Virgen del Socorro, y retablos votivos de estilo barroco entre los que sobresalen el del Nazareno, que corona el arco de la calle Nueva, y el del Señor de los Avisos, en la calle del Obispo.

Antequera alberga una gran cantidad de edificios religiosos y civiles que justifican su calificativo de ciudad monumental. Entre los primeros figuran templos del siglo XVI como la Colegiata de Santa María la Mayor y las iglesias de San Zoilo, San Agustín, San Sebastián, San Pedro, Nuestra Señora del Carmen, la Encarnación, Santa María de Jesús y Santo Domingo.

Destacan asimismo iglesias barrocas de los siglos XVII y XVIII, como las de San José, San Juan de Dios, Nuestra Señora de los Remedios y Agustinas de Madre de Dios, así como otro conjunto de inmuebles que siguen la tradición musulmana del uso ornamental del ladrillo: el Convento de las Franciscanas Mínimas, el anexo de Santa Eufemia y las iglesias de Belén, Santiago y Nuestra Señora de Loreto.

Entre los edificios civiles relevantes se encuentran el Castillo, alcazaba musulmana levantada entre los siglos XI y XIV sobre restos romanos, y las numerosas construcciones palaciegas realizadas en los siglos XVII y XVIII. Sobresalen el denominado Palacio del Obispo, el de los Condes de Corchado, la Casa Consistorial, el actual Colegio de los Padres Carmelitas y las casas-palacios de los Condes de Camorra, de los Urbinas, de los Pardo y del Barón de Sabasona.

En el siglo XIX se produce como crecimiento destacado el del barrio de la Cruz, ahora integrado en la nueva delimitación del conjunto histórico. De esta centuria data también el proceso de renovación del tejido urbano que experimentó la ciudad al permitirse mayor altura en los edificios ya construidos.

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