Piden tres años de prisión para un profesor acusado de agredir sexualmente a una compañera

La Fiscalía de Córdoba solicita una pena de un total de tres años de prisión, multa de 720 euros y una orden de alejamiento de más de cinco años para un profesor acusado de un delito de agresión sexual y una falta de lesiones a una compañera con la que trabajaba en el mismo instituto de un municipio de la Subbética cordobesa.
Audiencia Provincial Córdoba
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EUROPA PRESS
Audiencia Provincial Córdoba

La Fiscalía de Córdoba solicita una pena de un total de tres años de prisión, multa de 720 euros y una orden de alejamiento de más de cinco años para un profesor acusado de un delito de agresión sexual y una falta de lesiones a una compañera con la que trabajaba en el mismo instituto de un municipio de la Subbética cordobesa.

Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, M.A.G.L., desempeñaba su trabajo como profesor en un instituto de un pueblo de la provincia, en el que también trabaja la afectada como auxiliar técnico educativo de discapacitados.

Aunque el profesor estaba en situación de baja laboral en marzo de 2011, acudió al centro para rellenar una documentación. Entró en una sala, en la que estaba sola la mujer, y ambos comenzaron a hablar. En un momento de la conversación, el procesado le dijo que "se sentara sobre sus piernas", a lo que ella respondió que "se estaba equivocando".

Sin embargo, M.A.G.L., "guiado por ánimo libidinoso, la agarró a la fuerza de los brazos y la puso contra la pared", momento en el que supuestamente la agredió sexualmente, aunque ella, "aprovechando que un profesor pasaba junto a la sala, consiguió escapar" del acusado y trató de abandonar dicha habitación.

No obstante, el acusado logró alcanzarla, la introdujo de nuevo en la sala y cerró la puerta con llave, según el escrito del fiscal, que relata que acto seguido, "nuevamente guiado por evidente ánimo libidinoso, a la fuerza", la agredió sexualmente, pese a la resistencia de ella.

Transcurridos unos minutos, al sonar la sirena del instituto, el acusado abrió la puerta de la sala y se marchó, aunque antes de abandonar el edificio se paró a hablar con una de las ordenanzas del centro, a quien le comentó que había estado hablando con la mujer afectada y que "iba a la farmacia a comprar un medicamento, sin contarle nada más".

Posteriormente, la ordenanza se encontró con la víctima, "a la que notó muy nerviosa y con la cara descompuesta". En un principio, no le contó lo sucedido, si bien finalmente accedió y la ordenanza comprobó que tenía "el brazo enrojecido y un arañazo en el vientre como consecuencia del forcejeo que mantuvo con el acusado para tratar de que éste cesara en su actitud".

Denuncia y altercado con los hijos

A pesar de que la mujer le pidió a la ordenanza que "no contara nada", ésta le dijo que "ello no podía quedar así", por lo que avisó a avisó a los dos auxiliares administrativos del centro, y convencieron a la afectada para que denunciara lo ocurrido y acudiera a un centro de salud para ser atendida de las heridas que presentaba.

Hasta la celebración del juicio, el acusado ha contado con una orden de alejamiento como medida cautelar. Además, uno de los hijos de la mujer estudia en el instituto y tras los hechos, el procesado supuestamente tuvo un altercado con los hijos de la afectada.

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