La Fundación Comillas ha anunciado que suprimirá siete contratos de personal no docente, lo que justifica por la "negativa" situación económica y porque considera que este personal "se encuentra sobredimensionado frente a la actividad existente".

En un comunicado, la Fundación explica que la situación económica a la que deberá hacer frente durante el presente ejercicio, que obliga a reducir costes, y el hecho de que la plantilla no docente "deba adecuarse" a las necesidades del trabajo existente, han obligado a la nueva gerencia de la institución a plantear un "ajuste" en este personal.

Según dice, este año 2013, la Fundación "pudiera tener un importante déficit presupuestario", debido no sólo a la reducción de los ingresos sino también a los "importantes pagos" a los que debe hacer frente, que se calculan en más de cinco millones de euros. De ellos, 4.075.506 son para el pago de las anualidades de la obra, pago que se inició en el 2012 y que deberá completarse durante los próximos años, añade.

Esta difícil situación económica, añade la Fundación, obliga, por un lado, a reducir costes y, dado que se considera "escaso" el volumen de trabajo administrativo frente a la actividad existente, desde la nueva dirección se estima necesaria una "reorganización" de la plantilla no docente, compuesta por 12 trabajadores administrativos y 7 profesores que se encargan de atender a 39 alumnos.

En este sentido, además, desde la Fundación Comillas se recuerda que en el anterior periodo se procedió a la externalización de servicios, lo que tuvo como consecuencia que algunos de los puestos de trabajo quedaran "desocupados" de las funciones que desarrollaban y, "en buena lógica", según dice, los mismos "pueden ser considerados como amortizables por innecesarios".

La Fundación señala por último que, pese a que la nueva gerencia ha iniciado una política de reducción de gastos "superfluos" y ha puesto en marcha la "contención" de costes en la actividad cotidiana en temas como, por ejemplo, el uso de telefonía móvil o la exclusión de la categoría business o los hoteles de lujo en los desplazamientos, también es necesario adecuar a las necesidades "reales" del trabajo la plantilla del personal no dedicado a la docencia, lo que supone la extinción de los citados siete contratos.