Por primera vez en su historia, la República Checa utilizará el viernes y sábado próximos el sistema de voto ciudadano para elegir al nuevo presidente, que sustituirá al polémico Vaclav Klaus como jefe de Estado.

Este miércoles se ha cerrado una campaña electoral, cuyos debates y principales discusiones en foros ciudadanos han girado en gran medida en torno a Klaus. También ha sido objeto de las críticas la controvertida amnistía que ha decretado a finales del pasado año para poner en la calle a 7.000 presos por delitos leves, entre otras polémicas decisiones.

Esa medida también ha absuelto a miles de convictos con penas condicionales y ha cerrado causas que duraban más de ocho años, la mayoría relativas a fraudes económicos de cuantía. La financiación de la campaña, lazos con sospechosos de corrupción, infidelidades matrimoniales o la conducción en estado ebrio fueron algunos de los temas y acusaciones que surgieron en un debate televisado este martes entre los dos contendientes con más opciones, los exprimeros ministros Milos Zeman y Jan Fischer.

Con una intención de voto del 25 y 20%, respectivamente, el socialdemócrata Zeman, y Fischer, quien dirigió un Gobierno de tecnócratas entre 2009 y 2010, se perfilan como los ganadores de la primera vuelta y lucharán por el cargo, previsiblemente, en una segunda ronda el 25 y 26 de enero próximos.

Esa segunda votación se evitaría sólo si algún candidato obtiene la mayoría absoluta de los votos. Zeman defiende en su programa que la salida de la crisis y el fin del endeudamiento pasan por aplicar el modelo social sueco de alta progresividad fiscal y una subida del IVA, del 20% actual al 25%.

Por su parte, Fischer se ha presentado como un candidato independiente, que ha puesto el acento en fortalecer la economía, modernizar la función pública, fomentar la participación ciudadana en la legislación y reducir los privilegios de los políticos.

Otros tres candidatos tienen un apoyo, según los sondeos, en torno al 10%. Son el actual ministro de Asuntos Exteriores, Karel Schwarzenberg; el senador socialista Jiri Dienstbier; y el candidato independiente Vladimír Franz, un actor, pintor y compositor que destaca por tener tatuado el 90 por ciento de su cuerpo. Cierran la lista otros cuatro aspirantes a quienes los sondeos apenas dan opciones.

La votación directa del presidente fue acordada en 2012, modificando así la elección parlamentaria, aunque las competencias del Jefe del Estado no varían sustancialmente por ese cambio.