Dos años después del alto el fuego, ETA pierde protagonismo y la izquierda abertzale se afianza

  • Este jueves se cumplen dos años del anuncio del alto el fuego permanente; el pasado mes de octubre hizo un año del cese armado definitivo de la banda.
  • El terrorismo ha pasado a ser una preocupación menor; la abertzale EH Bildu se convirtió en octubre en la segunda fuerza política en el País Vasco.
  • El proceso de paz sigue sin avanzar, aunque el PNV ha admitido que  mantiene una "línea de comunicación" con el Gobierno para hablar sobre este asunto.
Una mujer observa los informativos el día en el que ETA anunció el cese de su actividad armada.
Una mujer observa los informativos el día en el que  ETA anunció el cese de su actividad armada.
Nacho Gallego / EFE
Una mujer observa los informativos el día en el que ETA anunció el cese de su actividad armada.

La ausencia de ETA en el último discurso de Navidad del rey no fue un detalle menor. Este jueves se cumplen dos años del anuncio de alto el fuego permanente y ya pasan casi 15 meses desde el cese de la actividad armada de la banda; para los españoles, a pesar de que todavía no pueden pasar página, el terrorismo ha caído al fondo del saco de las preocupaciones, según el último CIS. Solo lo citó el 0,2% de los encuestados, el índice más bajo desde 1985.

Muchas cosas han cambiado en los últimos meses, exceptuando las reivindicaciones de las víctimas y la actuación de las fuerzas de seguridad —12 etarras detenidos en 2012— y la justicia. Esta misma semana, la Audiencia Nacional juzga a los presuntos etarras Garikoitz García e Iratxe Yáñez, arrestados en 2010. Hace menos de una semana, Batasuna anunciaba en Francia su "autodisolución" para dar paso oficialmente así a Sortu.

Seis comunicados en total han hecho públicos los terroristas desde octubre de 2011; el último ofrecía a España y Francia una negociación sobre los presos y huidos, el desarme y la disolución de la organización, pero les acusaba de "cerrar la puerta al diálogo". La respuesta del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, fue la misma de siempre: el Gobierno solo admitirá la "disolución incondicional" de la banda.

Sí existe algún tipo de diálogo, a pesar del bloqueo que sufre proceso de paz, al menos hasta octubre. El PNV reconoció hace unos días que su formación mantiene una "línea de comunicación" con el Ejecutivo para hablar sobre el final de ETA; el nuevo lehendakari, Iñigo Urkullu, se reunirá en breve con Mariano Rajoy y, entre otros, tratarán este tema, uno de cuyos flecos, la política penitenciaria, es foco de tensión con la izquierda abertzale.

El próximo 12 de enero se celebrará en Bilbao una manifestación a la que acudirán distintas organizaciones para recordar que más de 500 presos siguen en cárceles españolas y otros 150 en prisiones francesas. Urkullu pide un trabajo "discreto y silencioso" para darle salida este tema, ya que cree que será más "productivo" que salir a la calle; el dirigente abertzale Pernando Barrena le ha acusado de "engañar a la sociedad vasca".

Bildu, Sortu, Amaiur

La violencia ha ido dejando paso a la política, con la presencia en las instituciones de Amaiur y Bildu y con unas elecciones muy recientes en el País Vasco que supusieron el triunfo nacionalista y terminaron con el Gobierno socialista de Patxi López, que acabó rompiendo su pacto con el PP.

El PNV obtuvo 27 de los 75 escaños del Parlamento autonómico y EH-Bildu, que se presentó a los comicios con el visto bueno del Tribunal Constitucional, irrumpió como segunda fuerza política logrando un resultado histórico. Su apuesta por el soberanismo no ha dejado de sonar y su cabeza visible, Laura Mintegi, ha asegurado que el derecho a decidir del pueblo vasco es para ellos  una "cuestión prioritaria".

La marca Sortu, además, quedará constituida el próximo 23 de febrero como partido para sustituir a la antigua Batasuna; ha recibido para su ponencia incluso aportaciones de presos de ETA. Otras formaciones, como Eusko Ekintza, han visto también la luz. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por su parte, se pronunciará en unos días sobre la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV) en 2008.

La normalización política de la izquierda abertzale se mueve con pasos pequeños, pero empieza a encontrar manos tendidas.

El presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper, subrayó recientemente que "Bildu no es ETA" y que "el futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios, se tiene que construir también con Bildu". El secretario general del PSE-EE de Álava, Txarli Prieto, defendió por su parte como algo "razonable" que los socialistas vascos lleguen a acuerdos con EH Bildu sobre políticas progresistas.

En el Congreso de los Diputados, Amaiur defiende desde el Grupo Mixto su postura, aunque no sin obstáculos: un veto de última hora del PSOE, seguido por UDyD, para no figurar junto a la formación vasca, impidió un acuerdo histórico en diciembre para recurrir ante el TC el Real Decreto-ley sobre pensiones del Gobierno; sus iniciativas en materia de política penitenciaria han sido rechazadas; piden, "por favor", que no se les equipare con ETA.

La última polémica se ha localizado en el Senado. EH Bildu registró la candidatura de Iñaki Goioaga Llano para su designación como senador representante de la Comunidad Autónoma Vasca, un abogado que ha defendido a presos de ETA.

Justicia para las víctimas

Ni la presencia en las instituciones de la izquierda abertzale, ni la política penitenciaria ni el cese armado de ETA son suficientes para las víctimas del terrorismo, que continúan pidiendo justicia; aún hay más de 300 crímenes de la banda sin resolver. La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, ha acusado este miércoles a los políticos de "no haber sabido" gestionar el final de la banda terrorista.

Esta organización anunció que en el último año recibió alrededor de 700 peticiones de ayuda de víctimas directas de atentados terroristas o sus familiares, que han sufrido un repunte de las secuelas sufridas como consecuencia de acontecimientos que se han sucedido durante los últimos meses, entre ellas, la salida de prisión del etarra enfermo Uribetxebarria Bolinaga o la vuelta a la política de la IA.

En el último Euskobarómetro, que la UPV/EHU realiza de manera semestral, difundido antes de fin de 2012, un 80% de los encuestados (frente a un 9% y con un incremento interanual de 11 puntos), tanto entre nacionalistas como no nacionalistas y en todos los electorados (desde el 44% de los votantes del PP al 98% de los de EH Bildu), afirmó que "se debe hacer justicia con las víctimas de ambos bandos".

Además, para un 78% (frente a un 10%), "para un buen final del ciclo de la violencia en el País Vasco no debe de haber ni vencedores, ni vencidos". Al mismo tiempo, esa misma mayoría (71% frente a 13%) exige, de forma estable, que "ETA y sus activistas deben reconocer el error de su historia de violencia y arrepentirse de su pasado", lo que divide al electorado de EH Bildu con un 45% a favor y un 36% en contra.

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