El Polígono Guadalquivir, abandonado a su suerte

Correo, pedidos a domicilio, taxis... se sienten «inseguros» cuando tienen que acudir. Los vecinos lamentan que se esté abandonando el barrio.
«La administración o quien sea, alguien nos tiene que echar una mano». Enrique Palacios se siente «en el apartheid» desde que vive en la manzana 14 del Polígono Guadalquivir. Dice que paga sus impuestos y que no quiere vivir como un ciudadano de segunda, porque algunos sean una manzana podrida dentro de su barrio. Lo mismo afirma el presidente del distrito, Miguel Ángel Uceda, que denuncia la carencia de algunos servicios básicos en ciertos bloques. Correos: Los vecinos dicen que no les llegan las cartas o que tardan mucho. La empresa reconoce que el reparto es complicado porque faltan rótulos de calle y les han cambiado recientemente los nombres. Dicen además que en algunas manzanas se ha dejado de repartir por ser «misión imposible».
Reparto a domicilio: Los supermercados de la zona, como el nuevo Mercadona, reconocen que «provisionalmente» han dejado de repartir «en ciertos bloques». Lo justifican porque los repartidores y sus vehículos han sufrido ya «varios ataques». Las pizzas tampoco llegan.
Transporte público: Custodio Sánchez, del comité de empresa, afirma que Aucorsa reivindica vigilancia privada en las líneas 6 y 15. Por su parte, los taxistas dejaron de esperar de noche en la parada del polígono: «Pero vamos con normalidad desde la plaza de Andalucía», explica el representante del gremio José Joaquín Criado.
Limpieza: Sadeco va al barrio con normalidad pero, al igual que ocurre con otros sitios de Córdoba, hay muchas zonas privadas de uso público, que al final no limpia nadie.
Seguridad: El comisario de la Policía Nacional, Federico Cabello, insiste en que la delincuencia ha bajado. Aún está pendiente inaugurar la comisaria conjunta (Policía Nacional y Local) que ya está terminada. Desde la Subdelegación afirman que es inminente su apertura.

Carreras, derrapes y baches

Las avenidas Libertador Simón Bolívar y Libertador Juan Rafael Mora se convierten en auténticos circuitos. Los derrapes y los piques están a la orden del día, según explica Enrique Palacios. Además del peligro para los transeúntes, el mal estado del asfalto «se convierte en peligroso para el resto de vehículos», dice José Martínez de la AAVV. Amargacena, «deben venir a arreglar el asfalto».

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