En los últimos dos años, el Ayuntamiento de Madrid sólo ha cambiado 142 pasos de cebra regulados por semáforo de los 2.000 que hay en la capital (7% del total).
En 2004, el Consistorio anunció que en un año los habría reformado todos, eliminando las bandas blancas horizontales por dos líneas verticales de cuadrados que delimitan el espacio para cruzar.
El objetivo de aquella iniciativa era eliminar las grandes bandas de pintura, que provocaban numerosos resbalones entre motoristas, ciclistas y peatones, especialmente en días de lluvia.
Sin embargo, aquel proyecto que empezó a ejecutarse en el distrito de Retiro no ha tenido mucho éxito, según las cifras facilitadas por el propio Ayuntamiento de la capital, que pretendía imitar los pasos de cebra de otras capitales europeas, como Londres o París.
Fuera de este nuevo diseño quedarán, en cualquier caso, los pasos de cebra que no están acompañados de semáforo, ya que deben ser más visibles que los otros para facilitar el paso de peatones que no están protegidos por la luz de tráfico en verde.
Otros suelos que patinan
Cuando llueve, los peatones no deben tener cuidado sólo con los pasos de peatones; en las aceras de la capital hay otros puntos negros, muy resbaladizos, como el mercado de Chamartín, las aceras de Gran Vía, Recoletos y Princesa o determinadas estaciones de Metro, especialmente en la Línea 3.
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