Salud abre una investigación interna para esclarecer la muerte de una mujer y su bebé no nato en el hospital

La Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía ha abierto una investigación interna en el Hospital de Poniente, en El Ejido (Almería), para esclarecer las causas de la muerte de una mujer de 45 años y su bebé no nato a la que no se le practicó una cesárea incluso una vez que el feto ya no mostraba signos de vida.

La Consejería de Salud y Bienestar Social de la Junta de Andalucía ha abierto una investigación interna en el Hospital de Poniente, en El Ejido (Almería), para esclarecer las causas de la muerte de una mujer de 45 años y su bebé no nato a la que no se le practicó una cesárea incluso una vez que el feto ya no mostraba signos de vida.

Fuentes de la Delegación Territorial de Salud y Bienestar Social han indicado a Europa Press "se siguieron todos los protocolos establecidos" para este tipo de casos y han lamentado la muerte tanto de la madre como del bebé no nacido. Así, se han iniciado una investigación para conocer las actuaciones que se dieron lugar en su caso.

Por su parte, el Defensor del Paciente ha dirigido un escrito de denuncia a la Fiscalía Superior de Andalucía en el que insta a abrir una investigación de oficio para aclarar las circunstacias y presuntas responsabilidades de los facultativos del Hospital de Poniente tras la muerte de J.G., quien falleció el pasado día 2 tras haber perdido a su bebé no nato dos días antes horas después de ingresar en el hospital al tratar de expulsar el feto de forma natural.

Según el texto de la denuncia remitida por el Defensor del Paciente, que considera "gravísima" la presunta "imprudencia profesional" de los facultativos, la mujer de unos 45 años y vecina de Berja (Almería) ingresó en planta el 31 de diciembre una semana después de haber salido de cuentas de su embarazo, donde permaneció hasta la mañana siguiente "sin monitorización".

Así, el día de Año Nuevo al ser sometida a nuevas pruebas, los médicos descubren que el feto había muerto durante la noche, sin que hayan trascendido aún los motivos, ya que en el momento de su ingreso el no nato mostraba signos de vida y la mujer presentaba leves contracciones.

La mujer solicitó una cesárea para alumbrar a su bebé, si bien los facultativos se negaron, según el texto, y decidieron practicar el parto natural, incluso una vez el feto había fallecido para evitar "más complicaciones". Tras suministrarle fármacos para provocar el parto a J.G., la mujer reveló un grave empeoramiento, por lo que finalmente se opta por intervenirla en una cesárea aunque, finalmente, perdió la vida.

Los familiares de la víctima han indicado a Europa Press que en los próximos días formalizarán una denuncia ante los juzgados de Instrucción para depurar responsabilidades y han manifestado sus sospechas de que el centro hospitalario tratara una cesárea por los costes económicos, pese a que la mujer presentaba una avanzada edad.

En este sentido, aseguran que también sus hermanas solicitaron la práctica de la cesárea al conocer que el bebé había fallecido. "El médico rechazó la cesárea y nos dijo que si no estábamos conformes con la atención recibida que nos lleváramos a mi hermana a otro hospital", explica una de las familiares, quien asegura que su hermana sufrió tromboembolismo por líquido amniótico, según le trasladó un especialista.

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