Carrera diaria de obstáculos

Transbordo callejero. Los viajeros que pasan por la Sagrera pierden mucho más tiempo al hacer el transbordo por la calle.
El servicio que ofrece la L5 también despierta filias y fobias. (H. Fernández)
El servicio que ofrece la L5 también despierta filias y fobias. (H. Fernández)
El servicio que ofrece la L5 también despierta filias y fobias. (H. Fernández)
Son las 11 de la mañana en la parada Sagrera de la L5 del metro. Una hora sin las clásicas aglomeraciones matutinas. El andén es un ir y venir de pasajeros, unos habituales y otros esporádicos, que aterrizan en la estación con el objetivo de encaminar el viaje hacia la L5 o la L1. Vengan o no de otra línea de metro, todos llegan de la calle porque el transbordo aquí se hace por el exterior a causa de las obras del AVE. Una situación transitoria que incomoda a los pasajeros.Todo el recorrido, que normalmente se hace bajo tierra por la calle, aquí tiene semáforos y taquillas de por medio. Esto es lo que más molesta a los usuarios de la línea 5, que comentan que pierden mucho más tiempo.

«¡No se acostumbra uno!», sentencia Rosa Mª González, que coge el metro dos veces por semana. Tal es la pérdida de tiempo que Ruper, que vive en Sant Andreu y que debe hacer el transbordo de la L1 a la L5 para ir a Horta, muchas veces opta por ir caminando de Sagrera a casa.

Una vez superada la carrera de obstáculos llega la hora de subirse al vagón. Y el servicio que ofrece la L5 también despierta filias y fobias. «El día que va, funciona perfecto, pero a la que hay una incidencia...».

Esta es la impresión de Roser Garcia que se queja de que es una línea con muchas incidencias. Ella usa la L5 para ir al gimnasio y cuando se para en Diagonal no le supone un grave problema pero su nieto, dice, ha llegado tarde a más de un examen. Algo que conoce muy bien Víctor Prado. Sale con antelación de casa y aún así llega tarde a la universidad no sólo por las incidencias, sino también porque «para demasiado rato en las paradas», lamenta.

El cambio generacional que está sufriendo la línea, con trenes muy viejos y también de los más nuevos, hace que su servicio sólo recoja estas dos valoraciones: «O funciona muy bien o lo hace muy mal».

L5 del metro (datos básicos)

Longitud de la línea: Recorre 16,6 kilómetros que atraviesan Barcelona y llegan hasta Cornellà de Llobregat. Estaciones: 23. Trenes en línea en hora punta: 26 (la línea que más tiene).

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