La Asociación Provincial de Amas de Casa y Consumidores (Tyrius) aconseja revisar la compra de productos que se compren durante las rebajas invernales marcadas por la libertad de horarios y la venta online, según han indicado desde la asociación en un comunicado.

La rebajas del 2013 vendrán marcadas por el nuevo Real Decreto del mes de julio que permite decidir a cada comerciante cuál es el periodo estacional de mayor interés comercial y la duración del mismo. Además, de las otras rebajas, las online que cada vez tiene más seguidores y cuyos descuentos en ocasiones son mayores que en las tiendas.

Desde Tyrius han recordado algunos aspectos que hay que tener en cuenta durante las compras en el periodo de rebajas. Tanto en las compras a través de internet como en las realizadas en los establecimientos, la asociación advierte de que el artículo rebajado debe haber estado a la venta con anterioridad, durante el plazo mínimo de un mes, y no puede estar deteriorado. No se pueden poner a la venta productos adquiridos 'ex profeso' para las rebajas. Además, debe aparecer junto con el precio rebajado, el precio antiguo o el porcentaje de descuento.

Uno de los principales problemas de las compras online son los gastos de envío, ya que aunque el producto que se vaya a comprar esté rebajado, habrá que sumarle los gastos para comprobar si el precio final del producto es inferior al que se puede adquirir en un comercio tradicional.

Antes de comprar

Debe comprobar que la web en la que va a comprar, le informa de los distintos pasos que ha de seguir para contratar. Cuando se tramita el pedido, todas las transacciones a partir de ese momento se efectúan bajo una conexión segura que le garantiza la confidencialidad de todos sus datos. El consumidor puede comprobarlo ya que en la barra de direcciones debe aparecer un candado y una url que comience por "https".

La forma de pago habitual suele ser la tarjeta de débito/crédito, incluso muchas ofrecen el sistema Paypal. También algunas webs exigen la confirmación mediante el envío de un código al teléfono vinculado a la tarjeta.

La web debe permitir que, antes de concluir la operación contractual, haciendo click en aceptar o en tramitar el pedido, pueda anularse o cancelarse, impidiendo con ello la contratación, o modificar alguna condición del objeto o servicio contratado.

Una vez efectuada la transacción, la web debe emitir una confirmación de la aceptación por el destinatario, empleando un correo electrónico u otro medio de comunicación electrónica a la dirección indicada por el aceptante en el período de 24 horas; o bien una confirmación inmediata.

En el caso de que el empresario no cumpla el plazo d entrega por no disponer del bien, éste deberá informar al consumidor y reintegrar en un plazo máximo de 30 días, la cantidad abonada.

DEVOLUCIONES

Además, el consumidor que contrata electrónicamente tiene el llamado derecho de desistimiento o arrepentimiento, excepto cuando se trate de productos confeccionados conforme a las especificaciones del consumidor o claramente personalizados, o que, por su naturaleza, no puedan ser devueltos o puedan deteriorarse o caducar con rapidez.

El derecho de desistimiento significa que sin necesidad de alegar ninguna causa o motivo y sin penalización alguna puede dejar sin efecto la contratación ya efectuada, en el plazo que esté previsto en el contrato (que deberá figurar en la página web) y que será como mínimo de siete días hábiles desde la recepción del bien o celebración del contrato. Así pues, deberá aparecer en la web una dirección de correo electrónico o un teléfono de atención en el que el consumidor pueda realizar sus consultas o explicar sus dudas.

Tratándose de contratación electrónica, la Ley permite que el empresario exija que el consumidor se haga cargo del coste de la devolución. Por su parte, el vendedor tendrá que abonar las cantidades pagadas por el consumidor en el plazo máximo de treinta días, a contar desde el ejercicio del derecho de desistimiento.

Además, los comercios tradicionales están obligados a admitir cambios y devoluciones de artículos, aunque también pueden entregar un vale canjeable durante un determinado periodo de tiempo. Si optan por esta última fórmula, deberán anunciarlo a los consumidores mediante carteles bien visibles.

Tyrius insiste en que, para futuras reclamaciones es necesario guardar los comprobantes de las compras (facturas, tiques, contratos). Así como aquellos medios que contengan la publicidad del producto y las condiciones de venta.