El 37% de valencianos siente dolor a diario y casi la mitad no se trata

Sólo hay unidades para atajar el dolor en cuatro hospitales de la Comunitat. La falta de terapia genera grandes costes sanitarios.
«Como un dolor de muelas, pero que dura más de seis meses». Así define el dolor crónico el doctor Jorge Pallarés, que trabaja en la unidad del dolor del hospital La Fe de Valencia.Esta dolencia permanece cuando ya ha desaparecido su causa inicial, y desemboca en una discapacidad. En la Comunitat, la sufre el 37% de la población, aproximadamente. Del total de personas afectadas, un 13% no recibe el tratamiento adecuado, siempre según los datos que maneja el doctor Pallarés.

Una de las causas de esta deficiente atención es la escasez de unidades del dolor dotadas de medios en los hospitales de la Comunitat.

Según el doctor Pallarés, sólo cuatro centros sanitarios de la Comunitat cuentan con este servicio en pleno funcionamiento: el hospital General y la Ciudad Sanitaria de la Fe, en Valencia, y los de Alzira y Xàtiva.

En cambio, el hospital de Castellón, el General, y el de San Juan en Alicante y el de La Vila Joiosa tienen «alguna estructura», pero funcionan cuando pueden, asegura el médico.

Los tipos más frecuentes de dolor son los relacionados con la artrosis y los vasculares, y los tratamientos van desde los fármacos hasta las operaciones o la rehabilitación.

Entre los tratamientos más novedosos para atajar el dolor crónico destaca una suerte de marcapasos que se recarga sin necesidad de sacarlo del organismo (sin explantarlo).

Se trata de un neuroestimulador que actúa sobre la médula espinal y los nervios periféricos cuando los tratamientos convencionales (sobre todo fármacos) fallan.

Las personas adultas son las más proclives a padecer dolor crónico, aunque también influye la actividad que desarrollen a diario.

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La espalda se lleva la palma

El dolor crónico afecta sobre todo a la columna vertebral, las rodillas y las piernas. Sin embargo, sus efectos van más allá de la molestia física y acaban condicionando la calidad de vida de quienes lo sufren. Según el presidente electo de la Sociedad Española del Dolor, Manuel Alberto Camba, esta dolencia «impide a más de la mitad de ellos llevar a cabo sus actividades diarias con normalidad». La vida social, laboral y familiar puede resentirse. Según los últimos estudios, también existe un componente emocional en las actitudes de estos pacientes, ya que al 29% se le ha diagnosticado depresión.

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