La decisión se produce después de que la Junta de Andalucía impugnara los acuerdos plenarios del Ayuntamiento de Armilla en los que se acordó conceder la licencia de obras. El juez  estima que el centro, además de construirse sobre unos terrenos destinados a equipamientos y espacios libres, es más grande de lo permitido (más alto y ocupa demasiado espacio). Tiene 300.000 metros cuadrados construidos sobre una parcela de 140.000, según el proyecto.

El magistrado cree que tolerar la continuación de las obras «daría una imagen de tolerancia hacia la ilegalidad» y que si hubiera que tirarlo sería más caro y ya existirían otro tipo de intereses sobre el edificio, como los posibles puestos de trabajo (1.400 previstos) tras la instalación de los comercios.

El Ayuntamiento de Armilla, por su parte, considera que la decisión judicial posibilitará «aclarar» toda la situación administrativa suscitada en los últimos meses y supondrá un ahorro para el Consistorio, ya que si después se demuestra que todo es legal las indemnizaciones las pagará la Junta y no Armilla.

El único problema para los responsables de esta localidad es que la denuncia debería haber sido formulada en 2005, cuando se aprobó la licencia (en su plazo reglamentario de dos meses) y no ahora, que las obras están avanzadas.

Dimisión, renuncia y cárcel

El Nevada está maldito. El promotor de la obra, Tomás Olivo, está imputado en el caso Malaya de Marbella. El concejal de Urbanismo, Gabriel Cañavate, dimitió de su cargo por rumores  sobre su patrimonio y el alcalde, que lleva una década al frente de Armilla, anuncia que no se presenta a la reelección.