El atracador de una sucursal del Deutsche Bank de Berlín, que mantuvo como rehén a un empleado durante casi diez horas hasta que se rindió, exigía un millón de euros aunque no llevaba ninguna bomba, pese a que amenazó con hacer volar el edificio, informaron fuentes policiales.
Según las fuentes, el asaltante, de 29 años y procedente del "Land" de Baja Sajonia (centro del país), portaba una bolsa de deporte, pero en su interior no había ningún artefacto, como pretendía, sino tres kilos de harina.
Asimismo, el arma utilizada para el atraco fue una pistola de fogueo con al que intimidó al personal de la sucursal, ubicada en el barrio de Zehlendorf, en las afueras de Berlín. El atracador se entregó, tras horas de negociación, sin oponer resistencia y sin haber provocado daño alguno a su rehén, un empleado de la sucursal de 40 años, al que según la policía en todo momento trató correctamente.
Gran despliegue mediático
Con ello puso final a un espectacular atraco, que durante horas puso en jaque a la policía y desató un notable despliegue mediático. La sucursal quedó acordonada en un radio de 400 metros y unos 300 agentes participaron en el operativo policial, incluidos efectivos de las fuerzas especiales.
Diversos medios difundieron que el asaltante amenazaba con volar el edificio con una bomba, extremo que la policía no confirmó en ningún momento.
Zehlendorf es un barrio residencial acomodado, situado casi en las afueras de la capital alemana y en las inmediaciones de la sucursal se encuentra un mercadillo navideño, que fue completamente evacuado tras conocerse la situación.
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