La cantante Rosa López, ganadora de la primera edición del concurso de televisión Operación Triunfo (2001), asegura que se encuentra en el mejor momento de su vida y que perder 40 kilos de peso le ha hecho sentir "bien".

"A mi lo que más me afectaba era mi físico y arreglando esto, se ordena la cabeza y te sientes bien. Me encuentro más segura que nunca, como mujer, como persona", afirma la granadina en una entrevista con Luján Argüelles en La hora de Luján, en EFERadio.

La artista que representó a España en el Festival de Eurovisión con el pegadizo tema Europe's living a celebration, ha cambiado, dice en confianza.

"Desde niña, una de las cosas que me ha hecho sufrir era tener la autoestima muy baja. Y como dice una amiga mía hay que hacerse un pedestal, ni muy alto ni muy bajo, una cosa que te haga sentir bien. No eres ni más ni menos que nadie", considera.

Con un look más salvaje y un corte de pelo afro, más acorde con la imagen de la nueva mujer en que se ha convertido, Rosa López dice que ahora tiene unas ganas de ir a sus clases de canto "que no son las mismas de antes" y agrega: "ahora es una necesidad, antes, una obligación".

Once años después de su participación en Eurovisión, la entonces "Rosa de España" asegura que a sus 31 años, se va conociendo "poco a poco", mientras sigue en busca "de esa mujer que quiere ser".

Con su séptimo trabajo en el mercado desde junio, que fue nada más salir en formato digital el número uno en descargas por iTunes, y con nueve discos de oro y platino, Rosa no puede evitar el recuerdo de su padre, ya fallecido, y su consejo para que tuviera paciencia: "La obra pide material", que la granadina le aplica "a todo".

"No tengo derecho a quejarme de nada, porque soy una privilegiada, pero muchas veces te gustaría poder quitarte esa presión como te quitas una chaqueta", revela.

Para sus compañeros de Operación Triunfo solo tiene buenas palabras y asegura que se llevan "muy bien" y que gracias a las redes sociales saben unos de otros aunque estén "muy lejos".

Y afirma que cada vez que escucha "aquella canción" (la de Eurovisión) se acuerda de sus compañeros, "del apoyo de España, de las banderas ondeando".

"Quedamos en el séptimo lugar, que es muy buen puesto. En aquellos momentos fue tremendo, a nivel físico, psicológico", indica.

En el reverso de aquel recuerdo, "que todo se aprendía sobre la marcha", con el agravante de que "no te equivocabas en el salón de tu casa o en tu pueblo, sino delante de un país entero. Fue una gran responsabilidad, sobre todo por no saber cómo reaccionar".

Desde entonces, dice que ha aprendido "muchísimo".

"Sobretodo a tranquilizarme. El paso del tiempo te hace madurar, pero se pierden otras cosas como la inocencia, eso de creértelo todo. Cada uno es arquitecto de su propio destino, lo que hay que intentar cada día es mejorar. Lo bueno que tiene esta profesión es que aprendes rapidísimo", reflexiona.

Achaca a aquella inocencia que su carrera no llevase los mismos derroteros que la de su compañero David Bisbal, "quizá él se rodeara de mejor gente que yo".

Aunque de inmediato afirma estar "muy contenta" con su carrera, cree que "la culpa ha sido en parte" suya por "no saber, pero en estos últimos años" ha ido aprendido "a ir tirando para adelante".

Por otro lado, precisa "David es un tipo de gran espíritu, trabajador, el niño es tremendo. Yo lo comparo mucho con Raphael, dedicado de cuerpo y alma a su arte. David es así".

Ahora se cuida con una alimentación equilibrada y mucho deporte, porque "milagros no existen sin hacer esfuerzos".

"Soy completamente distinta. He pasado por etapas muy complicadas con la pérdida de peso", confiesa.

Espera a que el amor llame a su puerta -"tengo el corazón tranquilo", dice- pero cada vez es más prudente: "Veo cómo esta la vida y no me parece tiempo de comprometerse en algo serio", pero enseguida precisa que nunca renunciará al amor "porque si no, no saldrían las canciones".

Y a la vida le pide: "sobre todo, que no se me agote la ilusión de seguir aprendiendo. Pido que mi carrera sea sana, y pido que nunca haya un traspié en mi carrera que no sea por culpa mía".