Praga, Innsbruck y Nuremberg: grandes mercadillos de Navidad

  • En Praga, el epicentro son los de las plazas de Wenceslao y Ciudad Vieja.
  • El Chistkindlmarkt de Nuremberg es uno de los más antiguos de Europa.
  • En Innsbruck, el de Landhausplatz, con tenderetes decorados al estilo tirolés.
  • En centroeuropa los mercadillos se celebran al calor del vino caliente a la canela.
Mercadillo de Navidad en Halle, Alemania.
Mercadillo de Navidad en Halle, Alemania.
EFE
Mercadillo de Navidad en Halle, Alemania.

Los mercados navideños son un punto de encuentro previo a tan señaladas fiestas en gran parte de Europa, en especial en los países del nordeste. Se trata de lugares donde comprar dejándose envolver por un espíritu más puro y ajustado a lo que deben significar estas fechas.

Praga

Desde finales de noviembre, plazas y calles de la República Checa se llenan de un aire  agradable. Al cobijo de la iluminación navideña, las tiendas exhiben marionetas, juguetes de madera y preciosas esculturas de cristal de bohemia. El aroma se nota influido por los dulces tradicionales y la frialdad de las calles se mitiga bebiendo vino caliente en luminosos puestos rodeados de gigantescos árboles de navidad. Son los mercadillos checos que anuncian la llegada de las celebraciones del Adviento.

En diciembre la histórica capital se viste de gala para encarar con lustre estas fiestas. Las gélidas plazas, resultan acogedoras al calor del jubiloso ambiente que los mercadillos aportan durante unas semanas, siguiendo la tradición. En el pasado sólo duraban hasta el 24 de diciembre pero actualmente la mayoría se prolongan hasta el 6 de enero. En ellos se encuentran productos tradicionales como figuritas de San Nicolás, cintas de colores, pequeñas marionetas de miga de pan y motivos navideños como adornos, figuras para el Belén, velas o artesanía.

El epicentro de este candor navideño se vive en las calles del casco histórico, en los mercadillos de la Plaza de la Ciudad Vieja y la Plaza de Wenceslao. Durante casi un mes ambos recintos albergan más de 150 puestos tradicionales que venden objetos artesanos elaborados con cuerda, madera, cerámica o cristal. Tampoco falta una amplia gama de dulces típicos como rollos de vainilla, pan de jengibre, castañas asadas o pasteles de nueces. Para acompañar, nada mejor que bebidas tradicionales como el svarák (vino caliente con canela y clavo) o el grog, (té con ron, licor de aguamiel caliente y ponche).

El ambiente callejero no termina aquí, ya que es costumbre reunirse para entonar villancicos en torno a los árboles de Navidad. El día 24 de diciembre al resguardo del de la Plaza de la Ciudad Vieja se interpreta por la noche Misa de Navidad del compositor bohemio Jan Jakub Ryba finalizando el ciclo de conciertos de Adviento y el día 25 de diciembre en la misma plaza se reparten platos de sopa de carpa, la comida típica de dicha jornada.

Innsbruck

En Austria también son populares los mercados navideños, destacando los de la ciudad de Innsbruck. Aquí, al cobijo de las montañas Nordkette se desarrollan mercados de sabor plenamente alpino. Uno se celebra desde hace más de 30 años en la plaza del casco antiguo medieval, a la sombra de un gigantesco árbol preciosamente iluminado. En sus puestos se encuentra toda la artesanía tirolesa, objetos de madera y vidrio, velas, motivos festivos, etc.

La plaza Landhausplatz dispone de su propio mercado, con tenderetes cariñosamente decorados al estilo tirolés. En este mercado además, los pequeños disfrutarán con atracciones como el teatro de guiñol, los ponys, el zoo infantil, los coches de caballos y el pequeño tren de navidad.

La música es muy importante en el ambiente navideño de Innsbruck con la presencia de los instrumentos de viento tocados desde la torre de la ciudad, así como los belenes hechos en madera, barro y cartón. Y de nuevo al sabor del vino caliente a la canela y las castañas asadas se suman las costumbres populares y la tradicional música de adviento.

Nuremberg

También en Alemania se combate el frío en las calles a través de los mercadillos callejeros. El más famoso es el Chistkindlmarkt de Nuremberg, que además es uno de los más antiguos del continente.

Su origen se remonta a mediados del siglo XVI y aunque ha pasado por épocas de flaqueza, esta tradición se recuperó con fuerzas renovadas en los años treinta y continúa siendo una de las manifestaciones más importantes de la Navidad.

En sus puestos se representan todos los oficios artesanos que han dado color a la ciudad tradicionalmente y también se pueden encontrar motivos ornamentales, juguetes y productos típicos como las figuritas de ciruelas secas.

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