La Audiencia juzga este jueves a cinco acusados de secuestrar y torturar a un menor chino

La Audiencia Provincial de Sevilla juzgará este jueves a cinco ciudadanos chinos por secuestrar a un compatriota de 17 años al que retuvieron durante cuatro días en una vivienda de la localidad de Alcalá de Guadaíra, tiempo durante el que lo torturaron y lo llegaron a amenazar con cortarle los dedos de la mano y con matarlo si su padre no pagaba un rescate de un millón de euros.

La Audiencia Provincial de Sevilla juzgará este jueves a cinco ciudadanos chinos por secuestrar a un compatriota de 17 años al que retuvieron durante cuatro días en una vivienda de la localidad de Alcalá de Guadaíra, tiempo durante el que lo torturaron y lo llegaron a amenazar con cortarle los dedos de la mano y con matarlo si su padre no pagaba un rescate de un millón de euros.

En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, la Fiscalía pide para los cinco imputados 22 años de prisión por sendos delitos de secuestro, amenazas, pertenencia a organización criminal, usurpación y robo con violencia, mientras que a uno de los imputados le atribuye también un delito de atentado por el que le pide otros dos años de cárcel.

La celebración del juicio se fijó inicialmente para el pasado día 19 de noviembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla, pero la ausencia de un letrado y de un testigo obligaron a suspenderlo hasta este jueves.

Los hechos tuvieron lugar entre finales de 2011 y enero de 2012, cuando X.W., "con la finalidad de obtener dinero ilícitamente, vino concibiendo la idea de secuestrar" a un compatriota, por lo que tras realizar vigilancias por la zona del Polígono Aeropuerto eligió finalmente a un menor de 17 años, hijo de un próspero empresario chino.

Para ello, "se concertó" con el resto de acusados —S.C., L.H., Z.C., y Q.X.— para llevar a cabo el secuestro, que se ejecutó el día 21 de enero de 2012 sobre las 20,30 horas, cuando abordaron al menor y, "tras encañonarle con una pistola simulada", lo introdujeron en un vehículo, "no sin antes decirle 'como grites o te muevas, te disparo'", colocándole un pasamontañas en la cabeza.

Le golpearon con un martillo

Seguidamente, lo llevaron a una casa localizada en Alcalá de Guadaíra, donde "le ataron los pies y le quitaron los zapatos y los calcetines", todo ello mientras "le golpeaban suavemente en los pies y fuerte contra el suelo" con una especie de martillo, "exigiéndole agresivamente que dijera la verdad sobre el patrimonio de su padre, así como que si mentía le iban a cortar una mano".

Tras subirle el pasamontañas, "le colocaron el cañón de la pistola en la boca y la cabeza, preguntándole cuánto dinero había en casa". Esa misma noche, y con uno de los teléfonos que le quitaron, llamaron a su padre "para comunicarle el secuestro, exigiéndole en principio un millón de euros de rescate", amenazándole con que "si no accedía a sus pretensiones, le irían cortando dedos de la mano a su hijo, que lo matarían y dejarían el puerto en la puerta de la nave".

Al día siguiente, los acusados "se enfadaron" con el menor "porque el padre no les cogía el teléfono", lo que motivó que "le golpearan con la pistola en la cabeza, con una botella de agua y con los puños en el estómago, estirándole la mano en ademán de cortarle los dedos", mientras que, "continuamente, le decían que si su padre no pagaba o denunciaba a la Policía, lo matarían".

El padre pagó 300.000 EUROS

Durante las negociaciones, el padre consiguió que finalmente el rescate se quedara en 300.000 euros, "porque no había podido reunir más dinero". Así, los acusados quedaron con el padre en que éste dejaría el dinero en un contenedor del Polígono El Pino, donde el progenitor depositó la noche del 25 de enero una mochila con los 300.000 euros.

La Policía, que había montado un dispositivo policial en el lugar, detuvo a dos de los acusados cuando fueron a recoger el dinero, aunque uno de ellos se resistió "y comenzó a lanzar patadas y puñetazos" contra los agentes, dos de los cuales sufrieron lesiones.

Como quiera que el grupo policial que llevaba la investigación "sospechaba del lugar donde tenían los procesados retenido al menor", montaron un dispositivo de vigilancia en las inmediaciones del inmueble, deteniendo a los otros tres procesados cuando trataban de huir saltando la valla de la casa.

20.000

Euros de indemnización

Asimismo, los agentes lograron liberar al menor, que había conseguido deshacerse de sus ataduras, pues los acusados lo habían atado a una silla con tinta americana.

La Fiscalía pide para los cinco acusados 22 años de cárcel y el pago de una indemnización de 20.000 euros por el daño moral causado, mientras que a Q.X. también le atribuyen un delito de atentado y dos faltas de lesiones por el que le solicitan dos años de cárcel, multa de 600 euros y el pago de una indemnización de 3.200 euros por las lesiones y secuelas provocadas.

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