El jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, hizo balance del año durante la cena navideña del PP madrileño, un año durante el que España ha transitado un "camino de esfuerzos" pero también de "grandes reformas", y aunque ha augurado que 2013 va a ser "muy difícil", ha dicho que "ya hay indicadores" que apuntan a un "horizonte de recuperación".

Para el presidente del Gobierno, el "proyecto reformista" que están llevando a cabo los gobiernos del PP, en Madrid y en Comunidades como Galicia, con iniciativas "valientes", pero "necesarias", marca ya "un punto de inflexión en el rumbo de economía española".

A este respecto, ha reconocido que ni la balanza comercial, ni el aumento de las exportaciones, ni el aumento de los ingresos por el turismo tienen a día de hoy incidencia "en cada hogar", pero ha opinado que hay "síntomas de que avanzamos en buena dirección".

Tanto en Madrid como en el resto de España, ha proseguido, el PP es la fuerza política que ha estado "a la altura de las circunstancias" y con un discurso "de alcance para todos los españoles e igual en toda España".

El presidente del PP ha defendido que el año 2013 se abrirá "con los deberes hechos" y ante "dificultades inmensas", pero también con la "confianza en nuestras propias fuerzas, energías y nuestro talento".

También ha subrayado que a la hora de hacer balance es necesario "poner las cosas en perspectiva" y no "quedarse en la foto fija de un instante".

En este sentido, ha señalado que para analizar su primer año de gobierno hay que saber cuál era el punto de partida, que ha definido como una situación "desoladora" en cuanto al déficit o el desempleo.

Así, ha reconocido que algunas medidas que ha tomado el Gobierno "no son del agrado de casi nadie" y otras muchas "ni siquiera de nosotros mismos", pero ha considerado que éstas "cobran sentido" si se tiene la "mirada larga".

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha destacado, por su parte, el sentido de la "responsabilidad" de los gobiernos del PP y se ha mostrado convencida de que están haciendo lo que tienen que hacer, aunque ello les cueste "algaradas en las calles".

Al igual que Rajoy, ha opinado que las medidas que se están tomando "van por buen camino" y permitirán sacar a España del "atolladero" y de la crisis económica en la que se encuentra sumida en estos momentos, en los que ha dicho que el partido debe estar más unido que nunca.

Tras recalcar que, a su juicio, PP es el único partido que defiende la España constitucional, ha incidido en que, a ello, se suma el hecho de que tienen que gobernar en medio del desafío nacionalista y secesionista sin precedentes y ha augurado que, ante esa situación, el PP va a estar a la altura de las circunstancias.

No obstante, ha advertido de que la tarea que tiene por delante esta fuerza no es fácil, ni cómoda ni agradable, pese a lo cual ha garantizado que no van a "defraudar" a los españoles.

Para ello, ha pedido a todos que no dejen ni un momento "el pico y la pala", frase que acuñó como presidenta de la Comunidad de Madrid, porque ha recordado: "hay mucho en lo que trabajar".

Su sucesor al frente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha defendido ante los afiliados las decisiones que están adoptando para mantener los servicios públicos y les ha pedido que no se dejen engañar por el ruido que se está haciendo en la calle.

"Lo que están diciendo de la sanidad es mentira. No se vende nada, no se privatiza nada", ha apostillado el presidente madrileño, antes de señalar que en 1996 se decía que José María Aznar iba a acabar con el estado del bienestar e hizo exactamente lo contrario.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se ha pronunciado en estos términos para señalar que la grave crisis obliga a todos a un "esfuerzo común" en aras de recuperar el futuro para las futuras generaciones.

Ha añadido que todavía vienen tiempos difíciles, pero ha dicho que ya se ha recorrido un largo camino y en el pasado se han superado obstáculos parecidos.