Castillo del Buen Amor, un poco de romanticismo en Salamanca

  • El castillo está en una dehesa de encinas, alcornoques, pinos y almendros.
  • Lo habitó en el siglo XV el obispo de Cuenca, Ávila y Osma junto a su amante.
  • Se ha reinventado como un hotel de 41 habitaciones inmensas, llenas de comodidades y una decoración de inspiración medieval.
El Castillo del Buen Amor es de estilo renacentista.
El Castillo del Buen Amor es de estilo renacentista.
WIKIPEDIA/elpantera
El Castillo del Buen Amor es de estilo renacentista.

Existe todo un género literario dedicado al amor cortés y a las luchas de los caballeros medievales en defensa de su dama. Una visita al Castillo del Buen Amor y a las tierras salmantinas que lo rodean invitan a recuperar una época llena de romanticismo en pleno siglo XXI.

El Castillo del Buen Amor se encuentra en Villanueva de Cañedo, en el término municipal de Topas, al que se llega después de tomar la salida 322 de la autovía de la Plata. Está situado en medio de una dehesa jalonada de encinas, alcornoques, pinos y almendros, junto al arroyo del Cañedo y sin ninguna edificación a la vista que despierte al viajero de cierto ensueño.

La leyenda popular asegura que la fortaleza se bautizó, allá por el siglo XV, como “del Buen Amor” al convertirse en propiedad del arzobispo de Santiago, don Alonso de Fonseca, y su amante, doña María de Ulloa. Sin embargo, estudios recientes han descubierto que esta primera hipótesis no es del todo correcta: fue el obispo de Cuenca, Ávila y Osma, del mismo nombre, el habitante de esta romántica morada. Eso sí, junto a su amante, Teresa de las Cuevas y los cuatro hijos de la relación.

El castillo, declarado monumento histórico-artístico, se ha reinventado como un hotel donde vivir una experiencia de película. Dispone de 41 habitaciones inmensas, con camas enormes y con una decoración de evidente inspiración medieval.

Pero el confort y la comodidad han sustituido la austeridad. Las bañeras dobles, las cabinas de ducha y la televisión por satélite contrastan con la piedra de las arcadas y las bóvedas. Una curiosidad es que el restaurante del castillo ocupa las antiguas mazmorras.

Evidentemente, la quietud y el silencio reinan en todas las estancias, pero no por eso esta escapada se debe convertir en un retiro espiritual. El Castillo del Buen Amor ofrece visitas guiadas a una ganadería de toros de lidia en pleno campo charro (gentilicio de los salmantinos), rutas a caballo, senderismo…

Salamanca, patrimonio de la humanidad

A apenas 20 kilómetros de Salamanca, no se puede dejar pasar la ocasión de visitar esta ciudad patrimonio de la humanidad. Es conveniente pasear tranquilamente por sus calles, admirando los edificios históricos y dejándose seducir por el ambiente estudiantil.

La ciudad ofrece excelentes alternativas culinarias: Chez Víctor  (Galardonado con un Sol de Repsol) (tel.: 923 213 123, galardonado con un Sol de Repsol), donde preparan un gran picadillo de pato; Casa Vallejo (Recomendado por Guía Repsol) (tel.: 923 280 421, restaurante recomendado por Repsol), donde espera una morcilla guisada; o Casa Paca, especialistas en chuletones y el famoso cocido.

El castillo también es un buen punto de partida para visitar las cercanas poblaciones de Alba de Tormes, Ciudad Rodrigo o Toro. Otra opción es conocer la Sierra de Béjar y llegarse hasta Guijuelo, la capital del jamón. Gracias al microclima de la sierra y a la curación artesanal, en Guijuelo el jamón de bellota se convierte en un alimento de lujo con denominación de origen propia (tel.: 923 581 514). Es muy recomendable la visita al centro de jamones y embutidos ibéricos 7 Bellotas.

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