La Policía Nacional ha detenido en Palma a Juan M.M.F. por engañar a una mujer a quien robó y estafó 10.000 euros tras fingir ser su pareja, de forma que se le acusa de ser el presunto autor de los delitos de apropiación indebida de joyas valoradas en 5.000 euros, equipos electrónicos valorados en 2.000 euros y dinero en efectivo, así como de un delito de estafa de más de 2.450 euros por la compra de siete terminales de telefonía móvil.

En un comunicado, la Jefatura Superior de Policía de Baleares ha informado de que a principios del mes de diciembre, una mujer de unos treinta años denunciaba, que hacía unos tres meses había conocido a un hombre y que tras iniciar una relación sentimental con él, fue engañada en distintas ocasiones.

Así, el hombre le pidió que le prestase dinero por un problema familiar, le dejase las joyas y equipos electrónicos valorados en más de 7.000 euros para hacer un reportaje de video, o tras comunicarle su intención de montar un negocio y contratar a su nombre siete líneas telefónicas, obteniendo siete terminales de alta gama. Tras acceder a todas sus peticiones, el hombre había desaparecido, sospechando que había sido engañada.

Una vez que se tuvo conocimiento de la denuncia, agentes del grupo de Investigación de la Comisaría de Distrito Centro, iniciaron las gestiones oportunas para la averiguación de los hechos, identificación y detención del autor, procediéndose el pasado 12 de diciembre a su detención, confirmando él mismo que las joyas, equipos electrónicos y teléfonos móviles los había vendido en diferentes establecimientos para la obtención de dinero en efectivo que ya habría gastado.

Como consecuencia de la investigación en el marco de la Operación 'Lover', se puso al descubierto el historial delictivo del detenido, cuya modalidad consiste en buscar mujeres solteras, tanto a través de la red Internet, como en establecimientos de ocio nocturnos, a las que tras ganar su confianza, las engañaba para conseguir dinero en efectivo o efectos para realizar operaciones comerciales lucrándose y provocando un perjuicio en éstas.

Pasado un tiempo y tras haber conseguido llevar a cabo su estrategia delictiva, desaparecía de la vida de las víctimas, dándoles excusas de diversa índole y haciéndolas creer que retomarían la relación afectiva, con el propósito de que no interpusiesen denuncia alguna contra él.

En ocasiones, según la Policía Nacional, esta dilación a la hora de comunicar a los servicios policiales los ilícitos perpetrados, provocaba que resultase imposible recuperar la mayoría de los efectos sustraídos, ya fuese por haberse cumplido el plazo de liberación de piezas de joyería, o por la posterior venta de los artículos a terceros.