Las transferencias a la Sareb por las entidades con ayudas requerirán una nueva ampliación de capital

La transferencia de activos tóxicos por parte de las entidades del llamado grupo 2 (las que necesitan ayudas públicas pero con la previsión de que las devuelvan) a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado 'banco malo' tendrá lugar en febrero, y requerirá una nueva ampliación de su capital, tras la realizada el pasado día 13 para constituir la sociedad promotora y la de este lunes para incorporar capital extranjero.
Luis de Guindos
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EUROPA PRESS
Luis de Guindos

La transferencia de activos tóxicos por parte de las entidades del llamado grupo 2 (las que necesitan ayudas públicas pero con la previsión de que las devuelvan) a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado 'banco malo' tendrá lugar en febrero, y requerirá una nueva ampliación de su capital, tras la realizada el pasado día 13 para constituir la sociedad promotora y la de este lunes para incorporar capital extranjero.

Así lo ha avanzado este martes el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su comparecencia ante la comisión del ramo en el Congreso, donde ha precisado que "con estas ampliaciones de capital y con emisiones de deuda privada, a final de mes el Sareb tendrá los fondos propios precisos para hacer frente a la transferencia de activos del grupo 1".

El importe total de esos activos ascenderá a 80.000 millones de euros, a los que se sumarán los 55.000 millones que se deberán transferir a las entidades del Grupo 2 (BMN, Liberbank, Caja3 y Ceiss) a partir de febrero y que "requerirá una nueva ampliación de capital y una nueva emisión de deuda subordinada" a suscribir por los accionistas del 'banco malo' o por nuevos inversores.

En concreto, el volumen bruto de activos transferidos por Bankia, Banco de Valencia, Catalunya Bank y Novogalicia Bank sumará aproximadamente 80.000 millones, que supondrán una cartera a gestionar por un valor neto de 40.000 millones, "cuyo desglose por entidades se conocerá en los próximos días". El recorte medio del precio será del 53%. En la segunda fase, la transferencia del grupo 2 ascenderá a 55.000 millones.

En estas transferencias se incluirán, como ya se había informado con anterioridad, la totalidad del crédito promotor, incluyendo el problemático y el no problemático por encima de los 250.000 euros, así como los activos inmobiliarios adjudicados por encima de 100.000 euros y las participaciones mayoritarias en sociedades inmobiliarias.

Pasivo del sareb

Así, los fondos propios del Sareb ascenderán a 5.000 millones de euros "como máximo", lo que equivaldrá al 8% del volumen total de activos a gestionar, repartido entre capital (25%) y deuda subordinada (75%) que "será líquida en las próximas semanas", según el ministro.

"El resto de pasivo serán bonos garantizados por el Tesoro y descontables ante el Banco Central Europeo. Es decir, se usarán para pagos de activos a las entidades financieras, que podrán descontarlos ante el BCE", ha puntualizado De Guindos.

En total, la composición del capital del 'banco malo' quedará repartido prácticamente a la mitad entre el sector público e inversores privados, con una leve prevalencia de estos últimos, entre los que se cuentan entidades de crédito, compañías de seguros y otras compañías, tanto nacionales como internacionales.

Solución concluyente

Guindos ha defendido que el 'banco malo' es un "instrumento fundamental en la recapitalización" del sector financiero y "contribuirá a facilitar el saneamiento definitivo de las entidades financieras por la transferencia del riesgo promotor de las entidades con ayudas públicas, permitiendo además una gestión especializada de esos activos".

Tras señalar que ya se ha terminado la configuración orgánica del Sareb con la constitución, la semana pasada, del Consejo de Administración y el nombramiento de sus máximos ejecutivos (propuestos por los diferentes accionistas en función de su participación), De Guindos ha afirmado que este procedimiento constituirá la "solución concluyente" a los problemas del sector bancario.

"Éstos son los últimos pasos de la reestructuración financiera, e la que ha primado la transparencia y la ejecución en plazos muy ajustados. Este Gobierno ha sido capaz de llevarlo a cabo en diez meses con un ejercicio de transparencia sin parangón en la historia económica del país ni de nuestro entorno. La ejecución ha merecido además el respaldo de la CE, del BCE y del FMI, así como de los estados miembros del euro", ha puesto en valor.

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