Un exinspector naval acusa a la tripulación de "sabotear" el 'Prestige' para "embarrancar"

  • Serafín Díaz es exinspector naval de la Capitanía Marítima de A Coruña.
  • Acusa al capitán y al jefe de máquinas de "sabotear" el buque para impedir que se pudiese encender la máquina del petrolero.
  • El embarrancamiento habría supuesto un beneficio para carga y barco a la hora de cobrar los seguros, dice.
  • Las claves del desastre del 'Prestige', diez años después.

El exinspector naval de la Capitanía Marítima de A Coruña Serafín Díaz ha acusado este jueves al capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, y al jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos, de "sabotear" el buque para impedir que se pudiese encender la máquina del petrolero y así irse contra la costa y "embarrancar".

Díaz, que fue la primera persona que embarcó en el Prestige tras el accidente que sufrió el barco el 13 de noviembre de 2002 frente a la costa gallega, ha comparecido como testigo ante el tribunal de la Audiencia Provincial de A Coruña que juzga los daños causados por este petrolero, la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.

El exinspector naval del puerto coruñés, de 78 años, ha relatado que embarcó en el Prestige desde un helicóptero el 14 de noviembre de 2002, un día después de que el barco sufriese un accidente y empezase a zozobrar, con la intención de encender la máquina del barco. Díaz ha denunciado que en ningún momento obtuvo la colaboración de los responsables del barco para poner en marcha la máquina y ha declarado que le comunicaron que había una serie de problemas técnicos que lo impedían.

Un barco "herido de muerte"

"Ni un vaso de agua me ofrecieron", ha indicado el exinspector naval, que ha desvelado que estuvo 26 horas a bordo del Prestige "sin comer ni beber". No obstante, ha recalcado que, "pese a que el barco estaba ya herido de muerte", pudo comprobar que las averías eran "menores" y sí era posible poner en marcha la máquina y fijar un rumbo.

"El motor principal no tenía ningún problema para ponerse en marcha", ha asegurado Díaz, que ha reconocido que cuando subió a bordo el 14 de noviembre pensó que el barco estaba muy dañado y que "se iba a partir en dos en poco tiempo". También ha precisado que el Prestige navegaba "sobrecargado" y ha afirmado que "cuando el barco se rompió era porque no iba bien".

Para este exinspector naval, cuya declaración se considera clave en el desarrollo de la causa, el motivo de la falta de colaboración de los responsables del buque estuvo vinculada a razones económicas, ya que el embarrancamiento, ha explicado, "hubiese supuesto un beneficio para carga y barco" a la hora de cobrar los seguros.

Además, ha agregado que el embarrancamiento del petrolero también hubiese evitado la apertura del largo proceso judicial que ha desembocado en la apertura del juicio oral que celebra la Audiencia Provincial de A Coruña. En cualquier caso, Díaz ha señalado que no comprendió entonces la actitud del jefe de máquinas y "nunca" la entenderá. "Un profesional no hace eso", ha apostillado al respecto.

Actitud "obstruccionista"

En su opinión, durante un temporal como el que esos días había en el litoral gallego era mucho más fácil gobernar el barco con la máquina encendida, mientras que la opción "más insegura" era dejarlo sometido a los vaivenes del mar, que incrementaba notablemente el riesgo de rotura del casco. El exinspector naval ha explicado que comunicó el capitán del petrolero en varias ocasiones durante su estancia a bordo que si persistía en su actitud "obstruccionista" lo denunciaría ante las autoridades españolas y sería enviado a prisión, como finalmente ocurrió.

El abogado que representa a la armadora del Prestige, Santiago Zabaleta, ha intentado demostrar que las primeras declaraciones de Díaz en el juzgado de Corcubión responsabilizando de las catástrofe a la tripulación del petrolero y exculpando a las autoridades españolas fueron premiadas con su nombramiento como capitán marítimo de A Coruña a principios de 2003. Díaz, que se ha mostrado visiblemente molesto ante algunas de las preguntas de las defensas de los acusados, ha asegurado que su promoción a capitán marítimo de A Coruña se debió a su "lealtad profesional" durante más de 30 años de carrera.

El letrado de la armadora también ha llegado a dudar del "nivel de inglés" del exinspector, lo que, ha advertido, le hubiera impedido comunicarse correctamente con la tripulación, y le ha pedido que se dirija en ese idioma a la sala. Díaz se ha negado —"estoy en un juicio no en una clase de inglés—, pero ha invitado al abogado a mantener una conversación técnica en esa lengua el final de la sesión.

Los tres acusados en este juicio son el exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors; el capitán de Prestige, Apostolos Mangouras, y el jefe de máquinas del petrolero, Nikolaos Argyropoulos, ambos de nacionalidad griega, para lo que se piden penas de prisión que oscilan entre los 5 y los 12 años. El Ministerio Fiscal reclama por la 'marea negra' provocada por el hundimiento del Prestige indemnizaciones por daños que suman 4.442 millones de euros.

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