Detenido un joven acusado de abusar de 7 menores en tres municipios tras seguirlas desde el colegio

Agentes de la Guardia Civil detuvieron el pasado viernes en Vila-real (Castellón) a un joven de 27 años y nacionalidad española como presunto autor de abusos sexuales a siete menores de entre 9 y 14 años que estudiaban en cinco colegios en las localidades castellonenses de Onda, Burriana y Nules, y a las que seguía desde los centros hasta sus domicilios.
Miralles y Barelles en rueda de prensa en Castellón
Miralles y Barelles en rueda de prensa en Castellón
SUBDELEGACIÓN
Miralles y Barelles en rueda de prensa en Castellón

Agentes de la Guardia Civil detuvieron el pasado viernes en Vila-real (Castellón) a un joven de 27 años y nacionalidad española como presunto autor de abusos sexuales a siete menores de entre 9 y 14 años que estudiaban en cinco colegios en las localidades castellonenses de Onda, Burriana y Nules, y a las que seguía desde los centros hasta sus domicilios.

Al detenido se le imputan dos delitos de agresión sexual y cinco de abusos sexuales, por lo que el juez ha ordenado su ingreso en prisión, según ha informado este jueves en rueda de prensa el teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Castellón, Juan José Miralles.

Este hombre cuenta con antecedentes por exhibición cuando tenía 16 y 17 años, hechos por los que fue condenado, lo que hace sospechar a la Guardia Civil que padece algún tipo de trastorno psicológico desde hace tiempo. Miralles ha explicado que la detención se ha producido como consecuencia de una larga investigación que se inició en 2010.

El 'modus operandi' del joven consistía en seguir a las menores cuando salían del colegio —en la mayoría de los casos cuando finalizaba la jornada escolar matinal— hasta el portal de acceso a sus domicilios. Una vez en su interior, esperaba a que llegara el ascensor para abordar a las víctimas en el interior, donde se exhibía, las amenazaba de muerte y les realizaba tocamientos, aunque no cometió ninguna violación.

El presunto agresor, que mide en torno a 1,83 metros, tiene complexión delgada y está casado, cometía los delitos a cara descubierta y con ropa deportiva, según ha apuntado Miralles. En el transcurso de la investigación se comprobó que el joven se comportaba con una actitud cada vez más violenta, "hecho característico de este tipo de agresores sexuales", ha indicado el teniente coronel.

Podría haber cometido más delitos no probados

La Guardia Civil considera probados siete delitos tras contrastar el ADN del presunto agresor con el que dejó en las víctimas. Aunque este hombre confesó algunos de estos hechos ante las Fuerzas de Seguridad, en el transcurso de sus manifestaciones aseguró haber cometido delitos de los que los agentes no tienen constancia.

Por ello, se sospecha que haya podido ser el presunto autor de otros cinco o seis hechos similares ocurridos en la provincia, "teniendo en cuenta, además, que tres o cuatro casos se produjeron con una semana de diferencia y luego durante un año y medio no hay constancia de que cometiese ningún delito", ha destacado Miralles.

Por ello, la Guardia Civil ha pedido la colaboración ciudadana para que se puedan aportar datos sobre hechos conocidos y no denunciados. "La reserva será absoluta y se garantiza que no se someterá a las menores a ninguna rueda de reconocimiento", ha afirmado el teniente coronel.

En este sentido, el subdelegado del Gobierno, David Barelles, ha animado a denunciar los hechos para poder esclarecerlos y se evite así que "actuaciones como éstas que atentan contra la libertad de los menores queden impunen" ya que su protección es "un principio básico del Estado de Derecho".

La primera pista que propició el seguimiento del joven se produjo cuando una víctima indicó a la Guardia Civil que había visto aparcado un vehículo en el lugar donde estacionaba normalmente su madre. Los agentes persiguieron el coche, y aunque no pudieron alcanzarle porque circulaba por una calle peatonal, registraron la matrícula.

Tras investigar el nombre de la propietaria del vehículo, se determinó que su hijo se correspondía con el retrato robot del presunto agresor elaborado por la Guardia Civil, por lo que se procedió a su seguimiento y se logró obtener ADN de una colilla que había depositado en un bar.

Juan José Miralles ha señalado que el joven llevaba normalizada y hasta su detención se encontraba trabajando. Los agentes han procedido al registro de su domicilio y de su vehículo, aunque no se ha encontrado nada relacionado con los hechos.

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