En Jaca, el paraíso del esquí

  • Las estaciones más próximas son las de Candanchú y Astún.
  • Están en uno de los parajes más bellos del Pirineo Aragonés: el valle del Aragón.
  • Son 88 kilómetros de pistas de esquí alpino y 39 kilómetros de esquí de fondo.
  • Los más de dos mil años de Jaca dejan un enorme patrimonio monumental.
Una panorámica de una de las pistas de la Estación de Astún.
Una panorámica de una de las pistas de la Estación de Astún.
FLICKR/gaudiramone
Una panorámica de una de las pistas de la Estación de Astún.

La capital de la comarca de la Jacetania, Jaca, se coloca el manto invernal para que por él se deslicen miles de esquiadores. El deporte rey en invierno atrae a incontables personas a la pequeña localidad oscense, quienes no tardarán en rendirse –más allá del embrujo de la nieve– a los encantos propios del enclave situado a la sombra del Monte Oroel.

Todas las miradas se centran en Jaca en invierno. En cuanto las temperaturas descienden y su paisaje se tiñe de pulcro blanco, a vista de pájaro las laderas son tomadas por miríadas de pequeñas hormigas que se deslizan a toda velocidad. Esa rara avis encuentra en el más crudo invierno su hábitat natural pudiendo hasta triplicar la población permanente de Jaca, estimada en unos 13.000 ciudadanos.

Desliz de invierno

Los esquiadores son fieles a sus costumbres, máxime cuando la oferta deportiva se complementa con excelentes equipamientos, hostelería y servicios en el marco de un pueblo hechizado por la belleza y el embrujo del invierno.

Las características de Jaca, que se eleva 820 metros de altitud sobre el nivel del mar, convierten a la localidad y su entorno en un paraíso para los amantes de los deportes de invierno. Las estaciones de esquí más próximas a Jaca, a unos 33 kilómetros de distancia, son las de Candanchú y Astún, enclavadas en uno de los parajes más hermosos del Pirineo Aragonés: el valle del Aragón.

Un total de 88 kilómetros de pistas de esquí alpino, 39 kilómetros de esquí de fondo, 41 remontes mecánicos, 219 cañones de nieve artificial y 145 profesores y entrenadores. Todos los recursos al alcance de la mano para disfrutar al máximo sin descuidar en ningún momento la seguridad y que permiten a las instalaciones albergar cómodamente hasta 36.100 esquiadores por hora.

Astún y Candanchú

La nieve en Astún, de óptima calidad, cubre con abundancia pistas y recorridos adaptados a distintos niveles de pericia. Astún cuenta con un área esquiable de 500 hectáreas donde practicar diversas modalidades de esquí: alpino, snowboard, fondo, telemark, competición y un largo etcétera. El impresionante entorno que rodea a la estación convierte la práctica del deporte en un recuerdo imborrable.

Astún proporciona a pie de pistas todos los servicios necesarios para disfrutar de la jornada en la nieve, así como los recursos para mejorar la técnica en cualquiera de las disciplinas sobre nieve. Los profesionales de la estación, desde los monitores a los técnicos, se apoyan en las más punteras tecnologías para que pistas y remontes estén en perfecto estado para garantizar la total seguridad día tras día de la temporada.

Por su parte Candanchú ofrece 840 metros de desnivel repartidos en diez pistas verdes, once azules, dieciocho rojas y doce negras, que suman un total de 51 pistas y 42 kilómetros transitables y esquiables, pisados y balizados. A ellas se accede a través de 24 remontes mecánicos, seis telesillas y 18 telesquís con capacidad de transporte de hasta 21.090 esquiadores a la hora.

Candanchú compensa la escasez de nieves de la climatología caprichosa con 129 cañones de innovación artificial, que surten 8,5 kilómetros de pistas. Para la práctica del esquí de fondo, la estación dispone de cinco circuitos, unos 35 kilómetros que recorren la distancia entre Candanchú y Le Somport.

De carácter familiar y sumamente acogedoras, las instalaciones se encuentran en pleno corazón del Pirineo Aragonés, junto al puerto de Somport por la carretera N-330, a unos 20 minutos de Jaca.

La oferta para la práctica de deportes de invierno se complementa con la pista de hielo de  Jaca, de importancia tal que las grandes figuras del patinaje la hicieron célebre ya en los años setenta y ochenta. En la actualidad es sede de importantes competiciones internacionales, amén de estar abierta al público entusiasta del patinaje, amateur o profesional.

Mucha historia, mucho patrimonio

Jaca ha sido a lo largo de la historia residencia de reyes y fortaleza militar, con una economía basada en la agricultura y la ganadería. El devenir de los tiempos ha impreso en Jaca cambios fundamentales, como la obtención de fuentes de ingresos que ahora se debe principalmente al turismo, pero la localidad preserva el encanto de antaño.

Sus más de dos mil años de historia han legado un extraordinario patrimonio monumental, objeto de admiración de los visitantes y de orgullo de los oriundos. En la localidad se preserva la catedral románica del país edificada para consolidar la ciudad como enclave estratégico del Camino de Santiago.

Además, la peculiar e intrincada orografía del entorno y su ubicación junto a la frontera francesa propició que proliferara la construcción de tipo defensivo. Buena muestra de ello es la ciudadela, una singular fortaleza en forma de pentágono del siglo XVI. Otro de los atractivos arquitectónicos de la localidad, sin duda, es la Catedral de Jaca.

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