La revolución tecnológica entra de lleno en la vida cotidiana

Domótica: En una década viviremos en casas inteligentes y ecológicas que se adaptarán a nuestros gustos sin necesidad de que nosotros toquemos ni un solo botón.
Un diseño vanguardista de Aide Group-Lunet.
Un diseño vanguardista de Aide Group-Lunet.
jorge paris (archivo)
Un diseño vanguardista de Aide Group-Lunet.
Una persona entra a casa y todos los aparatos la reciben a su gusto sin pulsar un solo botón: la luz se enciende y se apaga a su paso, la calefacción está a la temperatura preferida y la radio sintoniza el dial indicado a esa hora. Este ejemplo, aplicado a la casa, a la oficina o a casos más particulares dentro de una dependencia, deben dejar de ser ficción en un plazo de aproximado de diez años.
Se trata de los espacios inteligentes, la nueva generación de la domótica. «Un sistema de conexión inalámbrico, inteligente, adaptado a cada lugar y que, instalado, pasa desapercibido», explica el doctor del departamento de Electrónica de la Universidad de Barcelona (UB), Josep Maria López Villegas. Lo importante no es sólo recibir la información, sino transmitirla y tomar decisiones en consecuencia. Estos sistemas serán «omnipresentes, transparentes e inteligentes». Tendrán un coste aproximado de un euro, aunque el doctor Villegas asegura que todavía es pronto para indicar el precio.

Además de ser baratos (se prevé una fabricación masiva), tampoco necesitarán pilas o electricidad: captarán energía del entorno («vibraciones o cambios de temperatura») para funcionar. Su consumo será mínimo y generarán pocas interferencias. Tendrán diferentes capacidades y distintas funciones, según su misión.

Otras aplicaciones

Estos mecanismos inteligentes que interactuarán entre ellos también tendrán aplicación en otros campos como la medicina, ya que serán capaces de hacer un seguimiento detallado, por ejemplo, del corazón de los pacientes. El sexto programa marco de la Unión Europea potencia, entre otras áreas, la inteligencia ambiental, que abre puertas en dispositivos médicos personales, tecnología del hogar, aplicaciones domóticas, gestión de la energía, control industrial o identificación perso nal.

Tpca esperar diez años

Para conseguir un uso masivo de estos dispositivos inteligentes se ha diseñado una «hoja de ruta» que dura diez años y que, según el doctor Josep Maria López de la Universidad de Barcelona, se va cumpliendo puntualmente. Así, este mismo 2005 se presentará el primer demostrador, con muchas funciones, pero todavía muy lejano del definitivo. «La presencia de estos dispositivos será similar a la de los móviles ahora», concluye el profesor.

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