Una reforestación olvidada

En los años treinta del siglo pasado, tras decenas de inundaciones en la ciudad de Málaga debido a las crecidas repentinas del río Guadalmedina, el Gobierno decidió emprender la reforestación de los montes que rodean este cauce.
La cuenca del Guadalmedina, con matorral y campos abandonados, se expande a los lados de la A-45 (Á. Cabrera).
La cuenca del Guadalmedina, con matorral y campos abandonados, se expande a los lados de la A-45 (Á. Cabrera).
La cuenca del Guadalmedina, con matorral y campos abandonados, se expande a los lados de la A-45 (Á. Cabrera).
En aquel entonces se planteó la necesidad de reforestar 12.000 hectáreas  (ha) de la cuenca (cada una mide aproximadamente como un campo de fútbol), pero aún hoy (unos 75 años después) faltan más de 5.000 ha por repoblar.Así lo afirma la Academia Malagueña de las Ciencias, aunque el geógrafo de la Universidad de Málaga José Damián Ruiz Sinoga considera que la superficie pendiente supera las 8.000 ha.

Este experto participó en el Plan de Defensa contra las Inundaciones en Málaga, redactado a mediados de la década de los noventa.

Lo mejor para evitar la erosión y los aludes de tierra (como los últimos acaecidos en Galicia tras los incendios) son árboles y raíces que abracen las entrañas del suelo. «No conozco otro método», recalca Ruiz Sinoga.

Cultivos abandonados y matorral bajo pueblan ahora esos montes, que están desprotegidos de aluviones como «lo estarán las urbanizaciones que prevé el Ayuntamiento en la cuenca».

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