Un administrativo dice que "de la noche a la mañana" se engordaron los archivadores con facturas sin sello

Un hombre, que trabajó como administrativo en la Entidad Metropolitana de Aguas Residuales Sociedad Anónima (Emarsa), ha afirmado ante el juez que "de la noche a la mañana", cuando se anunció la disolución de la entidad, se "engordaron" los archivadores de la entidad con facturas que no presentaban sello y sobre las que se desconocía la procedencia.

Un hombre, que trabajó como administrativo en la Entidad Metropolitana de Aguas Residuales Sociedad Anónima (Emarsa), ha afirmado ante el juez que "de la noche a la mañana", cuando se anunció la disolución de la entidad, se "engordaron" los archivadores de la entidad con facturas que no presentaban sello y sobre las que se desconocía la procedencia.

Así lo ha puesto de manifiesto este hombre, quien ha declarado en calidad de testigo en el juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, encargado de investigar un agujero económico en la gestión de la depuradora de Pinedo, dentro del conocido como 'caso Emarsa'.

Este hombre ha explicado que entró a trabajar en Emarsa en 1999, "referenciado por ciertas personas políticas, como todo el mundo que entrábamos allí", ha dicho. Una vez dentro, desarrolló tareas como administrativo, y luego pasó al departamento de Sistemas, donde se encontraba Juan Carlos Gimeno, imputado en el procedimiento.

Con la salida de Gimeno de la empresa, el hombre —quien ha indicado que realizó varios cursos en la entidad— pasó a ser comercial, y también hizo la sustitución del ordenanza que llevaba el coche. En este punto, ha indicado que fue dos o tres veces a la oficina de Eva Marsal, que era de azafatas, para llevarle "sobres" que le daba el entonces director financiero, Enrique Arnal.

Preguntado por las facturas de los proveedores, ha comentado que "de la noche a la mañana" los archivadores "engordaron", y esto fue cuando se comunicó que iban a disolver Emrsa y que ya venía la UTE. "Nos asustamos y las revisamos y vimos que ninguno —en referencia a otra compañera— de los dos habíamos puesto allí facturas que había". Ha indicado que las facturas se debieron incluir "en una tarde o en una noche, cuando no estábamos", y correspondían al intermedio entre un año y otro.

"Las que tenían el cuño yo sabía que eran mías y estaban en el libro oficial, y el libro tiene que estar, y había otras que no tenían el sello y había bastante", ha indicado al respecto. Interpelado por si pidió alguna explicación, ha señalado que en ese momento le dijeron a Arnal: 'Enrique, esto qué es, esto no lo hemos puesto nosotros', y él contestó: 'ah, yo que se, arregladlo, haced más archivos'. Pero ha dicho que ellos no tocaron nada.

El hombre —quien ha mantenido que los que "mandaban" en Emarsa eran el exgerente, Esteban Cuesta, y el exinformático, Sebastián García, conocido como 'Chanín'— ha reiterado que él era el único que colocaba el sello de registro del Departamento de Contabilidad, y si estaba de baja, lo hacían otros tres compañeros. Ha afirmado que las facturas les llegaban "limpias" y ha señalado que el primer sello que se colocaba era el del Departamento de Contabilidad. También ha afirmado que las facturas se archivaban "todos los días" por orden alfabético.

Así, durante el interrogatorio, tras exhibirle diferentes facturas del Grupo Mas, de Arrima o de Ageiron, entre otras mercantiles, el hombre ha indicado que éstas no pasaron por su departamento, ya que en las mismas no figuraba el sello.

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