Los vecinos del residencial Las Góndolas en Sevilla Este han convocado una concentración este martes a las 17,00 horas en la calle Gruta de las Maravillas para protestar contra la construcción del tanque de tormentas que se proyectaba en la zona y que asegura pondría "en peligro" la zona.

Según el comunicado remitido a Europa Press, el día 15 de noviembre los vecinos "consiguieron" paralizar los trabajos previos, apuntando a que el Ayuntamiento, "evidenciando las deficiencias de la actuación proyectada", paró el vallado perimetral de la obra y el proyectado corte de tráfico y acceso en la calle Gruta de las Maravillas. Sin embargo, indica que ahora, por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y Emasesa, "se pretende iniciar la obra de forma inminente y si hace falta por la fuerza".

Así, advierte de que ello "a pesar de haberse detectado deficiencias y errores en el expediente administrativo y en el proyecto, además de presuntas infracciones graves de la legalidad urbanística vigente, advertidas por los vecinos a las administraciones actuantes". "Estas presuntas ilegalidades han sido igualmente informadas en el expediente, por la propia Junta de Andalucía, avalando con ello la improcedencia de esta actuación urbanística", según señalan los vecinos.

Recuerda que la construcción afecta especialmente a dos de las cuatro manzanas de Las Góndolas, y por tanto a un número aproximado de 900 viviendas, y unos 100 locales comerciales, donde residen más de 3.000 vecinos. Añade que su influencia abarca al resto del barrio, que "sigue estos días con intranquilidad esta cuestión, que implicaría el cierre de comercios, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, y la desertización social del entorno".

Los vecinos aseguran que el proyecto tiene el tamaño de "un campo de fútbol con cinco plantas de profundidad, en la misma puerta de las viviendas, sobre una zona verde que vienen conservando y manteniendo los vecinos desde hace más de una década". "Esta zona, de arboleda y otras especies vegetales, se vería devastada y exterminada por completo, sin posibilidad de reposición", alertan, tras insistir en que, por su proximidad, la obra entraña un "serio peligro" para la cimentación y estructura de los bloques que conforman el residencial, además de otras afectaciones provocadas por el almacenamiento de más de 30.000 metros cuadrados de "aguas no limpias: gases tóxicos, olores, ruidos, entre otros".