Álex, de 28 años, lo cuenta con sorpresa. Hacía prácticamente una década que no le pedían el carné para entrar en una sala de conciertos, mucho menos para adquirir una bebida con alcohol. Pero las cosas han cambiado. El miércoles por la noche tuvo que mostrar más de una vez su documentación durante el concierto que The Black Keys ofreció en el Palacio de Deportes de Madrid.

"Había que enseñar el D.N.I. cada vez que se pedía una cerveza. El camarero se disculpaba porque estaba claro que éramos mayores de edad", explica, sonriendo.

No fue la única medida que llamó la atención de los asistentes a una cita que llegaba con las entradas agotadas y que estaba previsto que reuniera a más de 15.000 personas en el recinto dependiente del Instituto Madrileño del Deporte. "Hubo al menos tres controles para acceder al sitio y un cacheo", añade Jesús, de 24 años, que también se percató de la "gran presencia de seguridad privada en el recinto".

Además, se impedía a la gente que se quedara parada en rellanos de escaleras y en otros lugares considerados 'zonas de seguridad', y una voz como "en plan 'Gran Hermano'" prodigaba desde los altavoces instrucciones para casos de emegencia, "como si estuviéramos en un avión", cuenta @anaFerdinand_8, en su perfil de Twitter.

Las medidas de seguridad adoptadas para el directo de The Black Keys no son, sin embargo, nuevas, según asegura la promotora del concierto, Doctor Music, que insiste en que no se han intensificado ni se ha aumentado el personal. "Lo que sí es posible es que la plantilla habitual pusiera más celo en sus funciones, por ejemplo en los recintos de la entrada, y también que la gente estuviese más pendiente de estos procedimientos, que en circunstancias normales pasan inadvertidos", reflexiona Silvia Ortega, portavoz de Doctor Music.

Algo similar sostiene Live Nation, otra de las promotoras responsables de los principales conciertos que se celebran en España. Live Nation niega haber incrementado el control en sus eventos ya que, al cumplir estrictamente las normas de prevención establecidas, "no tiene por qué pasar nada" y no lo necesitan.

Sean nuevas o fruto de un mayor cuidado en aplicarlas por parte del personal, las medidas de seguridad que el público ha percibido en las últimas semanas son consideradas por la mayoría como positivas. Para Álex, por ejemplo, "han tardado en llegar". Sólo a algunos, como al usuario @paleque_boy, le parecen excesivas, "lo peor". "Son exageradas, está bien que se tomen precauciones, pero no así", insistía otra fan de Black Keys, Amaya, de 33 años.

Nadie duda de que responden a la polémica surgida tras la trágica muerte de cinco jóvenes en una fiesta de Halloween en el Madrid Arena. Y de que podrían suavizarse a medida que va transcurriendo el tiempo.

Lo ocurrido ya fue subrayado por algunos usuarios que acudieron al pasado concierto de Pablo Alborán en el Palacio de Deportes de Madrid, que arrancó con un vídeo explicativo que proporcionaba instrucciones de seguridad, algo "que nunca se había hecho en España", explicó la organización.

En el Festival de música Black Lotus que se celebró hace unas semanas en Valencia, los asistentes tuvieron que presentar su carné  y atravesar estrictos controles con más de 70 vigilantes para acceder al interior del recinto y el macroconcierto de Becatu que se celebró el pasado día 10 en el BEC de Baracaldo incluyó cacheos y una alta presencia de seguridad.

Ahora son las macrofiestas de Nochevieja las que se encuentran en el punto de mira.