El plan pretende retirar de los hogares los viejos aparatos y sustituirlos por los nuevos electrodomésticos eficientes (de clase A+ y A++), que llegan a ahorrar hasta un 40% de energía. Por ejemplo, una lavadora de clase A consume a lo largo de su vida un 40% menos que una de clase D, lo que supone un ahorro de 200 euros en energía y más de 35.000 litros de agua. Estos aparatos tienen un precio ligeramente superior a los tradicionales, pero la diferencia se recupera por el ahorro energético.

Sólo tendremos que ir a alguno de los comercios adheridos al plan, entregar nuestro viejo aparato y comprar uno de clase eficiente. El cliente recibirá 75 euros y el comerciante será recompensado con 5 euros por las molestias, ya que se encargará de llevar el electrodoméstico antiguo a los puntos limpios.

El Gobierno de Aragón cuenta con 900.000 euros para el primer año de implantación del plan, que seguirá aplicándose hasta 2012, por lo que podrán renovarse alrededor de 12.000 electrodomésticos. Eso sí, las subvenciones no sirven para cualquier aparato, sólo para frigoríficos, congeladores, lavadoras y lavavajillas.

El departamento de industria de la DGA está manteniendo reuniones con los comerciantes para que se apunten al plan y ayuden a difundirlo. La mayoría de las tiendas especializadas ya se han interesado por el programa  y se espera que la implantación sea masiva.

Menos gasto energético

Los electrodomésticos suponen un 16% del gasto energético de los hogares y la mitad del consumo eléctrico, por lo que la renovación de los aparatos por otros eficientes supone, además de la subvención de 75 euros, un considerable ahorro en nuestras facturas. El plan puesto en marcha por el Ministerio de Industria pretende aumentar las ventas de aparatos de clase A, pasando del 40% actual a un 70%. Además, el uso de electrodomésticos tipo A evita la emisión de altos índices de dióxido de carbono.