Defínete con los detalles

Estilos. Desde lo más ecléctico hasta el pop o lo étnico, los pequeños elementos cuentan.

Antes de empezar a decorar hay que intentar escoger un estilo para toda la vivienda analizando sus características. Lo que no significa que todo tenga que ser igual. Por ejemplo, el eclecticismo precisamente se caracteriza por la mezcla de diferentes géneros.

Lo primero es apuntar todo lo que nos gusta –productos, colores y estilos– sin mirar el precio de las cosas. Es recomendable documentarse con revistas, fotos de las casas de amigos, restaurantes, etc. Después habrá que organizar las ideas buscando las áreas principales como, por ejemplo, una chimenea. Alrededor de ella se decorará la sala. Dibujar un plano ayuda a mover los objetos y ver las necesidades.

También es importante elegir los colores, tanto de las paredes como de los complementos textiles y demás objetos de decoración. Por último, se tendrán en cuenta detalles como la iluminación –general en el techo o de ambiente en paredes, mesas y suelo– y el resto de accesorios, como cuadros, floreros y espejos.

Espiritual. Los budas y las estatuas de dioses de filosofías orientales están de moda tanto en las casas como en restaurantes y bares. No hace falta creer en ninguna de estas filosofías para poder montar un pequeño santuario profano, aunque seguro que si lo viese algún creyente le podría parecer un poco extraño. En España, un Cristo o una Virgen (sobre todo si tiene luces) resulta kitsch si no se es religioso. Sin embargo, un Buda puede ser de lo más chic. Paradojas de la vida.

Étnico. Mezcla elementos artesanales de culturas lejanas como África y Oriente. Los incensarios o las velas adornan mesas y los instrumentos musicales y las máscaras, paredes. Son objetos muy representativos del arte africano; prácticamente obras de arte únicas, ya que en su mayoría se realizan de forma artesanal.

Pop. En este mundo de color lo único que importa es la estética. Materiales de plástico, muchos pequeños detalles decorativos y obras de Lichtenstein, Hamilton o Warhol. A la hora de decorar un ambiente pop los accesorios son indispensables. Complementos como un cuadro de Audrey Hepburn en blanco y negro se pueden conseguir en Ikea desde 69,90 euros.

Zen. Crea estancias equilibrados para relajarse y meditar con techos, paredes y suelos de madera y espacios amplios y diáfanos. Son muy famosos los jardines zen creados para disfrutar de su contemplación. Una vela puede representar el equilibrio entre el yin y el yang, las dos energías opuestas y complementarias.

Agua. Los sonidos relacionados con el agua y las fuentes tienen mucho que ver con el estilo zen y con el arte floral japonés, o ikebana. Ambos persiguen la relajación y equilibrio a través de su observación y su rumor. En cuanto a los materiales, se suelen utilizar modelos hechos en caña de bambú o en piedra.

Metálico. Lámpara estrella de forja que sirve tanto para ambientes rústicos como para dar un toque étnico a un rincón de la casa. Se suelen ver por Marruecos. La original forma es muy visual y es resistente a la intemperie. Se puede conseguir en Luz&Ambiente por 157,50 euros.

Rústico. Usa maderas rústicas, hierro forjado, barro, vigas de madera decorativas, muebles antiguos y colores tierra y verdes para crear estancias cálidas y acogedoras. Los muebles rústicos suelen ser grandes y fuertes, por lo que es mejor no abusar de ellos para no recargar las estancias. Para evitarlo, mejor servirse de pequeños elementos como una escultura de Italy Regalos.

Clásico. Utiliza antigüedades de maderas finas con detalles. Las telas pueden ser damascos o sedas; las cortinas son pesadas con drapeados para crear la caída. Se complementan con grandes sillones y muchos muebles auxiliares. Una lámpara imitación de antigüedad tiene un precio de 592,76 euros en Biosca&Botey.

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