Que no te atrape la hipoteca

Un préstamo hipotecario es un bien cuyas condiciones se pueden negociar en cada momento según nuestras necesidades.
Esteban.
Esteban.
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El préstamo hipotecario es la operación financiera más importante a la que se suele enfrentar una persona, tanto por su duración (las entidades bancarias empiezan a ofertar préstamos a 50 años) como por el peso que supone tener que pagar una letra todos los meses. Sin embargo, una hipoteca no tiene por qué ser una cárcel.

Muchas veces nos olvidamos de que se trata de un bien en sí mismo. "Hay que ser conscientes de que, como clientes, tenemos derecho a negociar con ella", afirma Carlos Fernández, del departamento de análisis de Freedom Finance.

Qué se puede cambiar

Importe: Normalmente, la hipoteca no es el único préstamo que nos liga al banco. Mediante la reunificación de deudas, se pueden aunar pagos como el del coche o los préstamos personales bajo su paraguas, aumentando el importe. "Es una manera de conseguir una reducción del interés mientras se regula la economía doméstica, ya que todo llega en una única mensualidad", afirma Fernández.

Tipo de interés: Además de las hipotecas mixtas (que conjugan el tipo fijo con el variable), hay entidades bancarias que permiten cambiar entre las dos modalidades, tras el pago de una comisión que suele rondar el cinco por ciento.

Mensualidades: Si después de concedernos la hipoteca nuestra situación económica mejora, siempre se puede optar por acortar la vida del préstamo, lo que hará que la cantidad pagada cada mes aumente. Y, al contrario, la manera de pagar menos letra es que la hipoteca dure más tiempo.

Avalistas: De la misma manera, si nuestra economía mejora podemos retirar los avales que presentamos al formalizar la hipoteca.

Carencia de intereses: Otra opción para rebajar la mensualidad es negociar la concesión de un periodo sin intereses, en el que el banco sólo se cobrará la amortización de lo prestado.

Comisiones: Si se llega a ser un buen cliente del banco, siempre se podrá negociar la aplicación de comisiones más ventajosas.

Cancelación: Por supuesto, si se ha tenido un golpe de suerte, como una herencia o la lotería, siempre se puede cancelar la hipoteca y pagar la deuda que quede en efectivo.

Dinos si tienes problemas para pagar la la mensualidad de tu hipoteca

Si no se paga

Si aun recurriendo a todas las negociaciones posibles para ‘aligerar’ nuestra hipoteca llega un momento en que no podemos seguir pagándola, tendremos que enfrentarnos a un proceso que empezará un mes después del último pago con la reclamación por parte del banco de la resolución de las deudas.

Si en dos meses no se paga el dinero, la entidad pasará a embargar la propiedad y a su venta en subasta pública. Para evitar este extremo, los expertos recomiendan la contratación de un seguro de protección de pagos junto con la hipoteca para cubrir los posibles riesgos que se puedan presentar durante toda la vida del préstamo.

Por el pago de una prima adicional estaremos protegidos en caso de que nos quedemos en paro o seamos autónomos y no podamos trabajar.

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